HORNO TRADICIONAL DOMÉSTICO DE FUERTEVENTURA

Horno tradicional de Fuerteventura

Horno tradicional doméstico  de Fuerteventura

Las casas típicas de Fuerteventura se caracterizan por su sencillez y su funcionalidad. Están levantadas con gruesos muros, utilizando materiales existentes en el entorno como piedras, tierra, cal y madera.

Tras la conquista, como mano de obra barata, se llevaron a las islas esclavos moriscos, que no solo cultivaban las tierras, sino que también levantaban las casas. La vivienda tradicional majorera tiene algunas similitudes con las casas moriscas. Entre ellas, que aquellas de un tamaño considerable, tenían como eje vertebrador un patio situado en su centro. A este espacio se abrían las puertas, que daban acceso a las habitaciones, y que no se comunicaban entre sí, debiéndose acceder a cada una de las dependencias a través del patio.

Las viviendas más modestas, no contaban con ornamentos exteriores, mientras que las casas de los burgueses y nobles mostraban ciertos elementos, que reflejaban la categoría social de sus dueños. En algunas de estas casas disponían de balconadas realizadas con maderas nobles, como la Casa de los Coroneles o la Casa de los Rugama, también bellas y elaboradas portadas almenadas, algunas incluso con los escudos heráldicos de la familia en su frontis.

En casi todas las casas majoreras, independientemente de la condición social de sus moradores, hay un elemento arquitectónico común, el horno doméstico, que se usaba fundamentalmente para elaborar el pan.

El horno doméstico en Fuerteventura se localiza por lo general en la parte exterior de la vivienda. A veces se situaba en el interior de la cocina,  en ese caso, una de las paredes externas mostraba el abombamiento de la bóveda.

Para definir el horno tradicional, utilizaremos la descripción que aparece en el libro Patrimonio Industrial Agroalimentario en Canarias, escrito por Francisco Suárez Moreno.

En los campos de todas las islas encontramos el típico horno doméstico, una arquitectura popular de poco volumen (0,25 a 0,5 metros cúbicos, aproximadamente) cuya generalidad responde a un módulo de piedra muerta y barro, con base cilíndrica y la cubierta semiesférica u oval, por donde sale una tobera. Va recubierto de una capa de adobe para darle consistencia y mantener el calor. La alimentación calorífica se hacía por la antiquísima técnica de quemar leña en la cámara, y una vez que se alcanzaba la temperatura de cocción, se limpiaba y se introducía los panes.

La boca del horno doméstico es de tendencia rectangular, conformada por cuatro piedras rectangulares (una por lado), de un grosor considerable, de entre 30 a 40 centímetros.

En torno al pan y al horno han existido en Canarias algunas curiosas creencias, entra ellas destacamos una que se realizaba en Teguise ( Lanzarote). Allí era costumbre, por parte de las mujeres casaderas, preparar unas masas de pan, de forma cónica, a las que se le colocaba un palito por cada pretendiente. Tras meterse en el horno, el palito que reventaba primero indicaba con quién se iba a casar.

Horno tradicional - Ecomuseo la Alcogida

Horno tradicional – Ecomuseo la Alcogida

“Sitio” es como el majorero llamaba antiguamente al conjunto formado por la vivienda, dependencias anejas e instalaciones auxiliares, más las tierras circundantes. Cuando se vendía una casa se inventariaba, si dicho inmueble, tenía o no horno de pan.

En los Protocolos de Ambrosio Pereira se puede leer, en relación a una casa vendida en 1833, por Francisco Cerdeña y su esposa Agustina Gopar, vecinos de Casillas del Ángel en Tefía, a Francisco Morales, por precio de 714 pesos y 3 rpta. Esta casa posiblemente fuera la Casona de Paso Alto, hoy derruida, en Tefía, que luego fue adquirida por los Rugama, donde vivió Isabel, la última de éste apellido en Fuerteventura.

– Sitio de su habitación, de 1 fanegada de fundo, con casa terrera, casa al naciente, cocina con su hornilla y poyos dentro, con un horno de coser pan, una tahona corriente y moliente, un muro y portada por el lado naciente; otro muro al poniente, era, cerco de pajeros fuera de pared; (…)

En los antiguos protocolos de Fuerteventura podemos leer, en relación a una dote que entregan los familiares de, Inés Hernández, la novia, a Bartolomé Bueno, el novio.

 1604-abril-11.

En las casas y moradas de Gaspar Chaqueda, zapatero.

Dote que Diego Viejo y Juan Diepa, hermanos, vs., se obligan a entregar a Bartolomé Bueno, vº, en casamiento con Inés Hernández, (…) en lo siguiente: una casa en el Membrillo con su cocina y horno, un pedazo de tierra en el Membrillo (…) y otras cosas de casa apreciadas por personas honradas. Harán la entrega después de la boda, por Pascua de Resurrección.

Los hornos tradicionales de Fuerteventura,  llaman la atención a los visitantes de la isla. Son una de las señas de identidad de nuestra cultura, que debemos de cuidar y mimar. Por suerte y cada vez más podemos disfrutar de estos elementos etnográficos, tanto en las casas de particulares como en algunas áreas recreativas, “asaderos”, y centros de interpretación. Felipito el Feo, el Ecomuseo la Alcogida o el Centro de interpretación de los Molinos de Tiscamanita son algunos de los lugares donde puedes ver los hornos de Fuerteventura.

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