Casa de Felipito
La finca de Felipito está situada en el Llano del Triguero (llamado así porque en este llano se cultivaban cereales), en la intersección del Barranco de La Herradura y El Time, próxima al pueblo de Guisguey.
La Casa de Felipito es, actualmente, un merendero adaptado por el Cabildo majorero (a cuya Red de Museos pertenece), donde se recrea el hábitat de la población campesina majorera.
En mayo del año 2002 abrió este espacio al público convertido en área recreativa, contando con barbacoas, grandes mesas y bancos que se encuentran techados para protegerlos tanto del sol como del viento de la zona, parque infantil, pistas de bola canaria, plantas (buganvillas, aloe vera….), árboles (granados, olivos, higueras…)…
Felipe Ruíz González, “Felipito”, personaje majorero de principios del siglo XX, vivió en la casa que se encuentra en esta finca, junto con su madre y su padre. La casa es una vivienda típica que refleja lo que fueron las modestas viviendas campesinas. Contaba con tres habitaciones y un sobrado (habitación en alto) y, al igual que el resto de la finca, ha sido restaurada por el Cabildo de Fuerteventura.
Felipito era dueño de extensos terrenos que, se encargó de acondicionar para poder cultivar: levantó paredes para proteger el espacio del viento y de animales sueltos, edificó muros gruesos, que en algunos casos superan los tres metros de altura, construyó sistemas para encauzar las aguas de lluvia hasta su terreno y regar así las gavias que en él se encontraban. Según el Cabildo, se trata “de un ejemplo característico de la lucha del majorero contra los agentes atmosféricos y la agresividad del territorio insular, para lograr una superficie resguardada y cultivable en un suelo ocupado por roca caliza y en una zona muy ventosa.
El propietario aprovechó la caliza del suelo con una doble finalidad: crear superficies aptas para el cultivo, y formar paredes de piedra protegiendo el espacio del viento y los animales sueltos. Al mismo tiempo, formó unos sistemas de tornas, desagües y caños desde el llano colindante, para encauzar las aguas de lluvia hasta su territorio y regar las gavias que construyó”.
Felipito pasó gran parte de su vida levantando paredes en sus extensos terrenos para, de esta forma, conseguir cultivar en un suelo ocupado por roca caliza. La casa de Felipito es el resultado de la ilusión y el esfuerzo de Felipe Ruiz González; es sorprendente comprobar cómo este hombre edificó la casa, las paredes y un entramado de corrales, que construyó como defensa contra el viento, utilizando piedras de cal, con el solo trabajo de sus manos.
Felipito acabó sus días soltero y tuvo el dudoso honor de ser el primer majorero que murió en el Hospital Viejo, hoy conocido como Universidad Popular.