Fuerteventura nació de los volcanes submarinos que emergieron del mar hace más de 23 millones de años, esto la convierte en la isla más antigua del Archipiélago Canario. Las sucesivas erupciones, a lo largo de la historia, han conformado la isla en la que vivimos. 

En todo este periodo se han producido cambios climáticos globales, en los que se han alternado periodos más fríos (glaciales), con periodos más cálidos (interglaciales), generando cambios en el nivel del mar y en la temperatura de las aguas oceánicas, y por lo tanto en los diferentes ecosistemas.

Hace unos 135.000 años la zona norte de Fuerteventura era bastante diferente. Se puede decir que la isla terminaba más o menos en Montaña Roja. La parte occidental de la isla estaba compuesta por grandes playas de rocas y arenas, que los vientos alisios depositaron aquí. En esa época se produjo una intensa actividad volcánica en el extremo norte de Fuerteventura. Una serie de centros de emisión de material volcánico ampliaron la superficie de la isla hacia el norte en 112 km cuadrados, formando la Isla de Lobos y la alineación de los volcanes de Bayuyo. 

Esto hizo que apareciesen playas levantadas, formadas durante la subida del nivel del mar y que al retirarse la linea costera, la playa quedase al descubierto, y  también que se consolidara  el conjunto paleodunar del Pleistoceno medio, en el Barranco de los Encantados,  formado por importantes depósitos de arenas organógenas,

En la prehistoria majorera la vegetación existente en las  zonas arenosas del norte de Fuerteventura, se desarrollaba sobretodo en los jables. Al igual que ahora estaba predominada por la presencia de vegetación, que habita en las arenas, conocidas como halopsamófilas. Estas plantas que se desarrollan en las vaguadas interdunares próximas al mar, tienen que estar adaptadas tanto a la movilidad de las dunas como al fuerte viento y a la salinidad. 

De la vegetación, que existió en la isla hace  cinco millones de años, nos han quedado algunas huellas fósiles. Recordemos que se llaman fósiles a los restos o señales de la actividad de organismos que vivieron en épocas prehistóricas. Fósiles no son solo esas espectaculares partes duras petrificadas, como huesos o moluscos, sino que también son los moldes, las bioconstrucciones como el del Dactyloidites ottoi, o las huellas que han dejado en diferentes sedimentos.

Tanto en Montaña Roja, Montaña Caima, o en el barranco de los Encantados podemos encontrar fósiles de los vegetales que crecieron y vivieron en Fuerteventura durante el Plioceno. Estos fósiles nos indican que Fuerteventura tuvo en el plioceno un primer clima húmedo de tipo estacional tras terminar las condiciones cálidas constantes ecuatoriales.

Los fósiles vegetales que podemos encontrar en Fuerteventura son concreciones calcáreas y de areniscas de raíces petrificadas, que se manifiestan de maneras muy diversas, desde formas erectas hasta otras muy amorfas y ramificadas. Éstas se forman cuando las aguas subterráneas cargadas de carbonato cálcico, precipitan sobre las plantas, en nuestro caso alrededor de las raíces. Cuando las plantas mueren y desaparecen, dejan vacío el sitio que ocupaban. Estos huecos, se van rellenando de carbonato que, al cristalizar bien, se hace más duro que las arenas que lo rodean.

Con el tiempo, la acción del viento y el agua dejan al descubierto estas huellas de nuestro pasado más remoto.