Ermita de la Capellanía

Ermita de la Capellanía

 

ERMITA DE LA CAPELLANÍA

ERMITA DE LA CAPELLANÍA

La Ermita de la Capellanía fue construida a principios del siglo XVI  en la periferia del pueblo de la Oliva. También se conoce con los nombres de Ermita de Puerto Rico  y Ermita de Puerto Escondido.

Como ocurre con la gran mayoría de ermitas levantadas durante los siglos XVII y XVIII, en Fuerteventura,  este inmueble carece de historia, aunque se conoce que fue la antigua vivienda de un clérigo. Su construcción fue posible gracias a la fe y al entusiasmo de los vecinos, quienes supieron transportar piedras, amasar barro, alzar paredes y trabajar la madera.

Es algo difícil de encontrar, se encuentra escondida detrás de unas casas y rodeada de campos de cactus de tunos. El terreno en el que se se sitúa la ermita está rodeado con un pequeño muro, e incluye un establo al lado de la casa  principal, un corral colindante detrás y el horno, en el que se fabricaron las tejas.

Lo que más llama la atención son los marcos de la puerta y de la ventana, un trabajo de filigrana extraordinaria, ambos marcos están labrados  con motivos vegetales organizados en aspas. Sobre el dintel de la puerta aparece una cruz tallada.

El artesonado es muy simple, cubierta por teja árabe. Las tejas de barro fueron hechas a mano por un tejalero, profesión ya extinguida.

Para la restauración de la ermita en el año 1996, el Cabildo de Fuerteventura recurrió al investigador y alfarero José Espinel Ceja, que conocía el oficio de tejalero por testimonios que había recogido de personas mayores que lo habían practicado y, con dos trabajadores conocedores del funcionamiento de los hornos majoreros de pan y de cal Juan Vera González y Miguel Hernández Padilla. Esta fue la última vez que en Canarias se ejerció la profesión de tejalero. Al tratarse de un oficio ya extinguido hubo que construir las herramientas necesarias, como la gradilla, un molde plano para el barro y el garapo, molde curvo que da la definitiva forma a la teja.

El terreno en el que se se sitúa la ermita está rodeado con un pequeño muro, e incluye un establo al lado de la casa  principal, un corral colindante detrás y el horno, en el que se fabricaron las tejas.

La Ermita de la Capellanía se catalogó como Monumento Histórico el 21 de junio de 1991 (Decreto 127/1991, de 21 de junio).

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