Las tahonas en Fuerteventura

La Tahona o atahona en Fuerteventura

Tahona en Fuerteventura
Tahona en Fuerteventura

La Tahona o atahona, como se denomina en Fuerteventura, es un molino harinero que se situaba, por lo general, en una habitación adosada a la casa principal que estaba orientada hacia el patio. Este molino está adaptado técnicamente para ser movido por un burro o un camello. Se introdujo en Fuerteventura en el siglo XV y su estructura no ha variado sustancialmente a lo largo de la historia.

La construcción de las tahonas supuso un aumento de la capacidad de producción de harina y gofio respecto a los molinos de mano.
Las tahonas consisten en una gran rueda dentada colocada horizontalmente, que gira sobre su eje mediante la almijara (que es el palo curvo de madera en el que se uncía al burro o al camello) y que pone en movimiento otra rueda horizontal que acciona los engranajes y a su vez las piedras de moler giratorias, denominados asientos de atahonas o tahonas.

La caja de molturación es una estructura que se apoya en una mesa  fijada al suelo para evitar vibraciones y sobre la que se nivela mediante cuñas de madera. Cuenta con una pequeña tolva de madera que tiene forma de pirámide invertida donde se echaba el grano a moler. De la tolva salía la canaleja que conducía el grano hasta el orificio de la muela móvil.

Las piedras de moler estaban formadas por dos muelas de piedra compacta y circulares de unos 100-150 cm de diámetro, una fija al suelo y la otra giratoria, con su sistema de transmisión. A la muela superior se llamaba muela  de volandera o corredera y era la que presentaba el orificio por el que se introducía el grano.

La vivienda majorera solía ser de una sola planta, con pocos huecos y disponía de dos o tres habitaciones. La arquitectura tradicional tenía un caracter funcional, adaptado a la necesidad de almacenar el grano, y proteger a los animales, por eso contaban con corral de pajeros y corral de ganado. En las casas más grandes había también un espacio para una tahona, que permitía la obtención de gofio y harina para el ámbito familiar o a lo sumo a una comunidad reducida.

En los antiguos protocolos de Fuerteventura se reflejan algunas ventas de casas que disponían de atahona.

1599-roto.- f. 12r Venta que Jerónimo de Sosa y María Picar, su mujer, vs.,hacen a Juan Mateo Cabrera Melián, familiar del Santo Oficio, v°.,de unas casas, sitio y corral, con su atahona, con sus piedras y madre, rueda y torva, y todo lo a ella perteneciente, con sus linderos, por precio de 470 reales.

En una época más reciente Justo P. Villalva en 1868 habla de la existencia de una tahona en el caserio de Cofete.

En Cofete hay varias casas: la principal donde reside el arrendatario, es una buena casa de un piso, con doce huecos, incluso el Oratorio o Capilla; tiene además una atahona, un almacén contiguo a la casa y dos casas más, hechas por el arrendatario; dos casas unidas a la tahona, otras dos más pequeñas, todas en buen estado.

Es curioso comprobar en las actas del Cabildo de Fuerteventura el trato especial que se les dispensaba a los camellos de tahona, a los que se les permitía pastar en zonas vedadas para el ganado:

Legajo 6, f. 129, 30 Diciembre 1711. Villa de Betancuria
Acordaron que se publique auto no consintiendo ganados mayores y menores en las montañas del pueblo que son cotos y veranos de la isla, y se limpien de ellos las vegas, exceptuando los camellos de tahona y algunas vacas paridas.

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