Cuando se acercan las vacaciones, el buen tiempo y los días estivales, las playas de Fuerteventura aumentan su ocupación. Muchos prefieren las extensas playas de arena fina como son las de Corralejo al norte, y las de Jandía al sur. Sin embargo otros buscan las costas mas abruptas y escondidas, donde la biodiversidad es mayor. En ellas encontramos algas, burgados, lapas, mejillones, y una variedad amplia de crustáceos.
Desde época prehispánica hasta nuestros días, la recolección y el consumo de moluscos y crustáceos que viven en la costa, ha estado muy extendida. Uno de los crustáceos que más se pueden ver en la zona intermareal rocosa de Fuerteventura, es el cangrejo moro, colorado o negro, y que los científicos han nombrado como ( Grapsus adscensionis)
El cangrejo moro (Grapsus adscensionis) está ampliamente distribuido por las costas Canarias. A pesar de que es una especie de gran interés marisquero y alimentario menor, es uno de los crustáceos menos estudiados. Este cangrejo habita en las playas rocosas del Atlántico. Es habitual verlo en las zonas costeras escarpadas, tanto en las naturales como sobre las escolleras, muelles, etc…
Desde 1990 es considerada como una especie diferente al Grapsus grapsus, la cual habita en el Atlántico y Pacífico americano incluyendo las islas Galápagos.
El Cangrejo Moro tiene un caparazón plano y redondeado, algo más ancho que largo. Sus patas ambulatorias son algo aplanadas. El primer par está armado con fuertes y robustas pinzas de carácter defensivo, que son más grandes en los machos que en las hembras.
El dimorfismo sexual más claro de esta especie, es la diferencia de tamaño entre los machos y las hembras, siendo éstas últimas de mayor envergadura.
La coloración de estos crustáceos varía con la edad. Los adultos tienen un color rojo brillante con patas amarillo-naranja, rojo marrón o moteado, mientras que los cangrejos juveniles son de color marrón oscuro o casi negro y se camuflan bien en las costas lávicas.
Los cangrejos moros se caracterizan por soportar bien la desecación pasando gran parte del tiempo fuera del agua, mostrándose muy activos, y en caso de peligro regresan al mar. Los ejemplares jóvenes prefieren las áreas más sombrías y las zonas de salpicadura marina. Estos crustáceos pueden mudar fuera del agua, por lo que es fácil encontrar caparazones vacíos sobre las rocas del litoral.
El Grapsus adscensionis es territorial y muy agresivo con sus congéneres, se producen peleas entre ellos para generar el estatus y jerarquización social de los individuos dentro del grupo, el estatus es mantenido en el tiempo.
El cangrejo moro se alimenta solamente durante el periodo de marea baja. Es omnívoro, carroñero e incluso se pueden dar comportamientos de canibalismo.
Se reproduce continuamente durante todo el año pero su mayor actividad es de Mayo a Agosto. Las hembras tienen la capacidad de almacenar los espermatozoides, por lo general ponen sus huevos poco después de la cópula, estos eclosionan a los 21 días. Como dato curioso diremos que la tasa de fecundidad de la hembra está en torno a los 68.000 huevos por temporada, esto lo hace una especie interesante para la acuicultura, como alimento del pulpo y pargos.
Debido a la sobreexplotación y la disminución de la población por el marisqueo, se hizo necesario en 2011 marcar una serie de medidas, normas y vedas, para que las poblaciones no siguieran menguando y facilitar su recuperación. Estas restricciones están recogidas en el B.O.C. del 11 de mayo de 2011.
La captura de cangrejo moro o negro (Grapsus adscensionis) está prohibida en el período comprendido entre el 1 de diciembre de cada año y el 31 de marzo del año siguiente. La talla mínima para su captura es de 60 mm de anchura del caparazón. El mariscador profesional puede capturar hasta un máximo de 10 kg, mientras que para el marisquero de recreo se autoriza un máximo de 3 kg por día.
