En lo alto de una pequeña loma, y a unos doscientos metros de la Playa de la Cebada se encuentra la ermita de San Miguel, el templo más antiguo de Morro Jable.
Recordemos que, los orígenes de Morro Jable como asentamiento permanente se remontan a los finales del siglo XIX, cuando Cirilo López Umpiérrez fijó su residencia cerca de la playa y el puerto de la Cebada. Poco a poco se fueron uniendo más familias procedentes de Cofete, el norte de Fuerteventura y Lanzarote. Por aquella época el motor económico de Morro Jable era la pesca, la agricultura y la ganadería caprina.
En los años 40 del siglo XX Morro Jable ya era un pequeño pueblo de pescadores, en el que se había fijado el alemán Gustav Winter. En esta incipiente localidad Winter compró un terreno, levantó su primera vivienda y, pocos años más tarde, la ermita de San Miguel. Más que una ermita era, y es, un edificio multiusos. Sirvió de templo católico, de escuela, comedor escolar, y centro sociocultural.
La ermita de Morro Jable acogió, desde un principio, las imágenes de San Miguel Arcángel y San Juan Bautista, que tenían los Winter en su casa y que procedían del oratorio de Cofete.
La estructura de la ermita de San Miguel, es sencilla y funcional. Consta de una nave de planta rectangular con sillares en las esquinas. Con posterioridad se le añadió otro espacio, de planta rectangular, con amplios ventanales en arcos de medio punto.
El acceso principal está a los pies del templo. Es un arco de medio punto cuyas dovelas son de piedra volcánica. La puerta es de madera, compuesta por dos hojas. Se corona la fachada principal con una espadaña, que acoge una pequeña campana. Flanqueando la espadaña dos perillones sobresalen de la fachada.
Entre la portada y el hueco de campana, hay una pequeña composición de azulejos que representa a la Virgen del Carmen. A la derecha de la portada se colocó otra composición de azulejos que representa a San Miguel. Éstos últimos fueron diseñados por Paula Marques y grabados en Jampal-Atelier. Sobre ellos, el título del templo y su año de construcción: “Ermita de San Miguel. Año 1948”.
Una plaza pública se abre delante de la fachada de la ermita de San Miguel. En ese espacio se siguen celebrando diversos actos lúdicos.
En uno de los laterales de la plaza se instaló una curiosa campana sostenida por enganches de hierro. Nos referimos a la Campana de Cofete.
La Campana de Cofete
La campana apareció una década antes de construirse la ermita, concretamente el 14 de diciembre de 1937 en la playa de Barlovento, ya pasado el islote de Cofete. Los vecinos la encontraron dentro de una baliza sonora marítima de unos tres o cuatro metros de diámetro. La pieza iba grabada con la siguiente inscripción: “St. John. N.B. 1929. Mc Avity”. La boya procedía de Canadá. Su función era la de avisar a los barcos de la zona de la presencia de nieblas en la mar. Algún temporal atlántico tuvo que soltarla de sus anclajes y, las corrientes del Golfo la trajeron hasta las costas majoreras.
La campana fue transportada, en un primer momento, a remolque de burros y camellos hasta el pie de La Montañeta, en Cofete. Su gran peso impidió que pudiera ser subida a la cima de La Montañeta. Pero se colgó de una barra sobre dos piedras, para tocarla en las fiestas de San Juan.
En 1948 la campana se trasladó de Cofete a la ermita de San Miguel de Morro Jable, en una camioneta de Gustav Winter. Pero poco duró allí. Su continuo deterioro provocó que la familia Winter decidiera instalarla en el jardín de su casa, en Morro Jable, cerca de la ermita.
Al cabo de los años, cuando los Winter ya no vivían en Fuerteventura los vecinos de Morro Jable quisieron recuperar la Campana de Cofete, que consideraban parte de la historia del pueblo. En 2003 se llevó a un taller de Arucas para ser reparada. Una vez limpia y restaurada se colocó en la torre de la nueva iglesia de la Virgen del Carmen, en Morro Jable.
