Fuerteventura es conocida por sus extensas playas de arena blanca y su paisaje desértico único. La aridez de la isla, unida a la inexistencia de zonas boscosas nos invita a pensar que aquí apenas hay una biodiversidad reseñable. Sin embargo, no hay que olvidar que, este paraíso, es Reserva de la Biosfera desde 2009. Cuenta con más de 1700 especies de animales y 800 vegetales, muchas de ellas endémicas y en serio peligro de extinción.
Fuerteventura está considerada como uno de los lugares de mayor biodiversidad de Europa, y por ello debemos cuidarla, mimarla y respetarla. Entre las acciones que debemos tomar para conservar nuestro entorno está la de no importar ni alimentar especies invasoras, ya sean vegetales o animales.
Si hay dos especies invasoras, en Fuerteventura, que se llevan la palma, y que están haciendo un gran daño a la flora y la fauna majorera, esas son la ardilla y el erizo.
A la ardilla moruna ya le dedicamos un artículo en su época. Hoy toca acercarnos al erizo moruno.
Los erizos morunos en Canarias.
El erizo moruno es una de las tantas especies invasoras traídas a las islas de manera intencionada.
El erizo moruno, Atelerix algirus para los científicos, se caracteriza por tener el dorso de su cuerpo cubierto por afiladas púas, que le protege de los depredadores. Su hocico es puntiagudo y de color oscuro, sus orejas pequeñas y redondeadas. Su pelaje es corto y denso, proporcionándole protección adicional y ayudándolo a regular su temperatura corporal en un entorno árido como es Fuerteventura. La coloración de su cuerpo varía del marrón claro al oscuro. Puede alcanzar dimensiones de hasta 30 centímetros.
Este pequeño mamífero se distingue por sus movimientos pausados y su capacidad para adaptarse a entornos oscuros. Su visión está especialmente adaptada a la oscuridad, permitiéndole desenvolverse con destreza en condiciones de poca luz.
Se encuentra comúnmente en áreas secas y rocosas, donde puede esconderse durante el día en grietas y madrigueras para protegerse del calor del sol.
El erizo moruno es un animal de hábitos nocturnos. Su actividad empieza poco antes de que el sol se oculte sobre el horizonte, y retorna a sus madrigueras poco antes del amanecer. En ese lapso de tiempo es cuando se internan en el campo y en los cultivos para alimentarse de pequeños invertebrados y algunos frutos. También depredan huevos y pollos de aves autóctonas que nidifican en el suelo.
Para llegar a su objetivo se atreven a cruzar las carreteras, siendo, muchos de ellos, atropellados por los vehículos.
Esto último está estrechamente relacionado con su característica defensiva, pues el erizo moruno cuando siente un peligro se enrolla sobre sí mismo para formar una bola y despliega sus púas. Paradójicamente, estas mismas características son a menudo la causa de su trágica muerte, ya que muchos erizos encuentran su fin al ser atropellados mientras intentan protegerse de amenazas externas.
La hibernación del erizo moruno
En el transcurso del otoño, específicamente cuando la temperatura media desciende por debajo de los 10 grados Celsius, el erizo emprende la búsqueda de refugios estratégicos. Estos refugios suelen consistir en agujeros resguardados entre piedras o bajo las raíces de árboles. Una vez encontrado el refugio adecuado, el erizo adopta una curiosa estrategia de supervivencia: se enrolla en una bola compacta. Este comportamiento marca el inicio de un profundo letargo que perdura hasta la llegada de la primavera.
Durante este período de hibernación, los latidos cardíacos del erizo disminuyen significativamente, pasando de las habituales 180 pulsaciones por minuto a tan solo 20. Simultáneamente, su temperatura corporal experimenta una reducción para alinearse con las condiciones ambientales, aproximándose a los 5 grados Celsius. Esta notable adaptación fisiológica le permite al erizo conservar energía y enfrentar con éxito las adversidades del invierno, preparándose para renacer con la llegada de la estación primaveral.
Como habrás podido pensar la hibernación del erizo moruno no se da en Fuerteventura, pues en raras ocasiones las temperaturas de la isla bajan tanto. Sin embargo, en otras islas, como Gran Canaria o Tenerife sí se da el fenómeno de la hibernación del erizo moruno.
Este letargo invernal, lejos de ser un período ininterrumpido a lo largo de toda la estación fría, presenta interrupciones notables. En los días más soleados y cálidos, el erizo emerge de su letargo invernal, revelándose torpe y pesado, como si estuviera en un estado intermedio entre el sueño y la vigilia. Estos momentos de actividad son, de hecho, la ocasión perfecta para observarlos de cerca y, incluso, fotografiarlos, ya que en este estado parece menos alerta y más accesible.
La temporada de reproducción del erizo se despliega desde la primavera hasta el verano. Su periodo de gestación abarca de 35 a 40 días, dando lugar a camadas que generalmente constan de 4 a 6 crías. Estas pequeñas crías nacen sin espinas, las cuales comienzan a desarrollarse en los primeros días de vida. Este proceso biológico agrega un toque peculiar a la apariencia inicialmente inofensiva de los erizos jóvenes.
Al igual que ocurrió con las ardillas, los erizos morunos, fueron introducidos de manera artificial en Fuerteventura desde África, pero estos un siglo antes. Algunos investigadores abogan porque el erizo se trajo de manera intencionada a principios del siglo XIX. Otros, en cambio, defienden que llegaron a Canarias accidentalmente, a finales de la misma centuria, a través de los barcos que iban y venían a la costa africana.
Sea como fuere, el erizo moruno, ha ido colonizando la isla, extendiéndose a toda Canarias, incluido el archipiélago Chinijo.
También podemos ver erizos morunos por toda la cuenca mediterránea. Pero esta dispersión ocurrió mucho antes, concretamente en el siglo XII. Fue introducido por los Almohades, quienes consideraban la carne del erizo moruno todo un manjar. Además, creían que tenía propiedades medicinales.
El aspecto “simpático” del animal hace que a veces se tenga como mascota, pero la mayoría de las personas desconocen que se trata de una especie invasora perjudicial para la biodiversidad de Canarias.
No es legal tener un erizo moruno como mascota. Tampoco cualquier híbrido. Además, está totalmente prohibido liberar, comercializar, reproducir o ceder cualquiera de las especies que estén dentro del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras.
También, debemos saber que la tenencia de especies silvestres autóctonas como mascotas es ilegal y supone un delito que puede ser sancionado con fuertes multas.
