El Acebuche

Acebuche (Olea cerasiformis)
El acebuche u olivo silvestre, fue uno de los árboles junto a tarajales, palmeras, y almácigos que formaron pequeños bosques en la isla. Gadifer en el siglo XV reflejaba la vegetación que encontró en Fuerteventura.
“De otros árboles, como de palmeras que producen dátiles, de olivos y de lentiscos, hay gran número. Y crece también en esta isla una, grana que vale mucho, que se llama orchilla“.
Estos bosques fueron mermados tanto por las cabras, que han sido la principal causa de la extinción de este árbol, comiendo hojas y brotes tiernos, como por la acción del hombre, que lo usó como combustible y utilizó su madera para hacer utensilios, aperos y herramientas de labranza.
Las ramas de acebuche fueron elegidas por los mahos para hacer los “teseses” “tezezes”, que eran las varas que usaban para la lucha. Estos garrotes o lanzas median aproximadamente 1,3O m. de largo según cuenta en las crónicas Abreu Galindo.
Desde el siglo XVII ya era notable la merma de este árbol, teniendo el Cabildo que regir normas de protección para que no se corten.
1627. Villa de Betancuria.
Acordaron que ninguna persona corte acebuches, ni tarajales, ni palmas, y que se pregone esta prohibición pena de dos ducados, de los que la cuarta parte se aplicarán a la compañía de montados, otra cuarta al que denunciare y la mitad a obras publicas.
1659. Villa de Betancuria
Sabiéndose que los chaparros y acebuches se destruyen por cortarlos verdes, en perjuicio de la fábrica de las casas y los hacen leña, acordaron prohibirlo.
Las ramas del acebuche son las más valoradas por los pastores para la fabricación de “el palo majorero o lata” (de unos dos metros de longitud y tres centímetros de diámetro), tanto por la dureza y como por la flexibilidad de sus varas. Los labradores tienen varios dichos populares, donde se justifica a la preferencia de la madera de esta olivacea ante otras especies arbóreas.
“no hay palo que le luche al acebuche”
“Al escobón le dio un bofetón”
“al almendrero le dio palos en el terrero”
“al brezo y el escobezo le dio por los besos”
“de la melosilla hizo astillas”
“al barbusano no le dejó un hueso sano”.
Para la elaboración de “El palo majorero”.
Para conseguir hacer una buena lata, debemos de elegir un acebuche cuyas ramas estén lo más derechas posible. Para cortarla hay que hacerlo con una sierra de dientes no muy largos y sin causarle daños innecesarios, según cuenta la tradición, se hace en una noche de luna menguante del mes de Febrero, ya que es cuando la savia está más “dormida”. Las varas serán guardadas en un lugar a la sombra, sin excesiva humedad en el ambiente, para que vayan secándose poco a poco, durante un año. Es necesario atarlas a una viga, poste, madero etc.. para que le de la rectitud adecuada. Pero será el fuego que se le aplica poco a poco el que realmente enderezará la vara. Cuando la vara esté a nuestro gusto hay que untarla con grasa.
Estos versos de D. Eduardo Sanoja nos cuentan el proceso:
Si lo coge en tiempo malo se le rajará después, por eso el corte del palo en menguante debe ser.
Luego enciéndase una hoguera pa’que lo ase bien asao, no se pase de candela porque queda requemao.
Quémelo solo la concha pa’que le quede dorao. Alíselo rapidito antes de que haya enfriao y úntelo con grasa e’chivo pa’que quede retemplao.
Déjelo a sol y sereno hasta que se haya curao y pa’eso se necesitan 30 días bien contaos.
Descripción:
El acebuche (Olea cerasiformis) es una especie endémica de Canarias presente en todas las islas, que crece en suelos estructurados y poco profundos. Es un árbol de hoja perenne que puede alcanzar los 12 m de altura, aunque en Fuerteventura presenta un porte arbustivo no superando los 4-5 metros. Tiene el tronco con la corteza gris oscura, y una copa alta y densa.
Sus hojas son simples, lanceoladas, coriáceas y lustrosas por la cara superior, opuestas y de hasta 8 cm de largo por 1 cm de ancho. Las flores son pequeñas, blancas-amarillas, y se agrupan en inflorescencias axilares cortas.
El fruto es una pequeña aceituna de color negruzco cuando madura, poco carnosa y con una semilla.
En medicina popular es utilizada como hipotensora, laxante, para dolores estomacales y para las inflamaciones de garganta.
El acebuche es un elemento característico del bosque termófilo. Esta especie forma localmente comunidades propias llamadas acebuchales, que en Fuerteventura encontramos en los macizos de Betancuria y Jandía.