Las más antiguas de Fuerteventura
Salinas de Gran Tarajal
Fuerteventura cuenta con una privilegiada costa. Su gran extensión, de más de 340 kilómetros, no solo permite disfrutar de unas increíbles playas sino que también tiene un papel fundamental en la vida de sus habitantes.
El litoral majorero es una estupenda fuente de recursos naturales, aprovechada desde los primeros pobladores hasta nuestros días. Se ha utilizado para pescar, recolectar diferentes moluscos, y para la extracción de sal marina.
La Sal de Fuerteventura.

La sal es uno de los elementos más importantes en el sostenimiento de la vida, y ha jugado un papel primordial en la historia de la Humanidad.
Se sabe que los mahos recolectaban sal de los charcos naturales que se forman en la zona intermareal de la costa. Con ella salaban tanto pescados como carnes.
Desde el siglo XV, tras la Conquista franco-normanda y hasta principios del XIX, no hubo salinas artificiales y los únicos lugares para recoger sal, en Fuerteventura, eran las salinas naturales.
Las salinas en Fuerteventura
Pero si tan necesaria es la sal ¿por qué se tardó varios siglos en construir unas salinas artificiales, que pudieran tener una excelente producción, y grandes beneficios?
Para responder a esta pregunta hay que remontarse a finales del siglo XV. Desde la toma de Granada, por parte de los Reyes Católicos, la gran mayoría de las salinas artificiales del reino formaron parte de las posesiones de la Corona. Se estableció, entonces, el Monopolio Salinero. Nadie podía vender sal sin haber obtenido antes la “cédula guía”. Además, la venta de sal de las salinas artificiales estaba grabada con impuestos, que iban directamente a las arcas Reales. Y esto último es el motivo fundamental del por qué no se construyeron salinas antes en Fuerteventura.

Fuerteventura junto a Lanzarote formaba un único señorío. El Señor de las islas rendía cuentas ante los monarcas, entregando parte de los impuestos pertenecientes a la Corona de Castilla. Evidentemente los mandatarios de las islas no estaban dispuestos a dar, a los monarcas, más de lo estrictamente necesario, por lo que evitaron, por todos los medios, que se llegaran a erigir salinas en la isla.
Desde la llegada de los castellanos a la Maxorata la sal era un bien de Realengo. Los vecinos de Fuerteventura podían coger la sal que necesitaran, durante una jornada, en los charcos o salinas naturales. Estas salinas formaban parte de las propiedades del señorío y estaban vigiladas para que nadie se llevara más de lo necesario.
Por su parte los majoreros para vender la sal de los charcos, dentro de la isla, tenían que pagar impuestos, que iban a las arcas de los señores, y no de los monarcas
En 1525 la Corona otorgó a F. Jiménez de Almoroz el monopolio sobre la producción y comercialización de la sal en Canarias. No obstante, dado que no existían apenas ingenios salineros es muy probable que no se ejerciera la regalía, sobre la sal, hasta la creación de las primeras salinas artificiales.
En los Acuerdos del Cabildo, se recogen varias normas en relación a las salinas naturales de Fuerteventura, y en las que se apuntan los precios regulados.
Legajo 4-a, f. 62, 15 enero 1754. Villa de Betancuria.
Precios. Se acuerda se venda (…) La fanega de sal en la mar, a tres reales, y en los lugares a seis, y que se publique que nadie haga noche en las salinas ni las estanque, so pena de apercibimiento;
A finales del siglo XVII ya hubo intentos por rebajar el “estanco de la sal”. Sin embargo, no fue hasta bien entrado el siglo XIX cuando se eliminó por completo este impuesto. En 1870 se estableció en España la primera salina libre.
Las salinas de Gran Tarajal.

Salinas de Gran Tarajal
Las primeras salinas en entrar en funcionamiento en Fuerteventura fueron las Salinas del Carmen, a principios del siglo XIX. No obstante, las Salinas de Gran Tarajal fueron las primeras en construirse.
Fue, Fernando Mathias Arias y Saavedra, Señor de Fuerteventura y Lanzarote, quien pidió permiso, al rey, para construir unas salinas en las marismas de Gran Tarajal. Se sabe que se comenzaron a construir en 1681. Todos los investigadores coinciden en que estas salinas no llegaron a terminarse, o bien se cerraron pronto.
Poco más se supo de las Salinas de Gran Tarajal hasta 2004, cuando el paso de un temporal dejó al descubierto varios restos murarios. Tras la primera intervención arqueológica, realizada 10 años después del hallazgo, estos valiosos restos, quedaron abandonados a su suerte. ¡Qué te vamos a contar que, ya no sepas sobre nuestros políticos!. Los que vivimos en Fuerteventura estamos acostumbrados a ver que cualquier aspecto relacionado con el patrimonio majorero se abandona o mal cuida.
Bueno, a lo que íbamos.
Las Salinas de Gran Tarajal se encuentran en el margen izquierdo, en las Marismas de la localidad, tras el actual estadio de futbol.
Para su construcción se empleó una combinación de argamasa de cal, que muestran aún, en sus superficies internas, restos de una capa de mortero que las impermeabiliza.

Al encontrarse, las salinas de Gran Tarajal, en uno de los márgenes de la marisma, el bombeo de agua hacia los cocederos sería muy sencillo. Se haría de forma natural durante las mareas vivas o de manera artificial bombeando el agua manualmente. Contaba con un depósito previo, a partir del cual se bombearía el agua hasta un cocedero madre.
A pesar de estar, los restos de estas salinas, muy deteriorados, todavía son visibles el canal de interconexión, que distribuiría el agua a los cocederos, secciones de varios cocederos, y el depósito para el bombeo del agua marina.
Tendremos que esperar, a que se hagan intervenciones arqueológicas de mayor envergadura para conocer más acerca del devenir histórico de las salinas de Gran Tarajal.