TESJUATE

Llega el primer domingo de Mayo, y aprovechando que el pueblo de Tesjuate, se prepara para sus fiestas, nos acercamos a fotografiar y recorrer este caserío, que pertenece al municipio de Puerto del Rosario.
El Caserío de Tesjuate se encuentra en el entorno de las fértiles tierras, que va formando el Barranco de Río Cabras a su paso. Esta zona desde sus orígenes ha estado vinculado a la ganadería caprina, a la recolección de barrilla, y a la agricultura de cereales, especialmente de cebada. Debido a que el barranco de Río Cabras era el más caudaloso de la época, aquí se establecieron varias tenerías, dedicadas al curtido de pieles.
Las primeras referencias que hemos encontrado de “Teguate”, aludiendo a uno de los pueblos de Fuerteventura, han sido en mapas cartográficos franceses, de la segunda mitad del siglo XVIII.
En el informe realizado en 1772, para el Archivo General de Simancas, se nombra a esta pedanía como Tejuacén, contando que había en aquel entonces 11 vecinos.
En 1787 se inician los Beneficiados parroquiales independientes de Fuerteventura. En este mismo año la Parroquia de Tuineje empezó a ser Beneficiado independiente, al mismo tiempo que la de Antigua y Casillas del Ángel.
El obispo Tavira escribiría los nuevos linderos.
El Beneficio de las Casillas del Ángel que en su erección tuvo el mismo Pueblo y agregados los Pagos de Triquibijate, la Hampuyenta. Espinar de arriba. Espinar de abajo, Viage Blanco, los Llanos, la Majadilla, Tao, Tefía y los Tejuates…
Las duras condiciones de vida de Fuerteventura, unidas a un acusado declive de la economía, hicieron que en la primera mitad del siglo XIX, emigraran muchos majoreros a Las Américas. Los más conocidos de esta época quizás fueran Fray Andresito y el Doctor Mena, pero también huyeron familias de Tesjuate, que malvendieron sus tierras para intentar sobrevivir lejos de donde nacieron. Como carroñeros que se aprovechan de la desesperación siempre han existido, en Fuerteventura no íbamos a ser menos.
En la Herbania apareció Francisco Morales, en la década de los años 30 del siglo XIX, que organizó expediciones clandestinas en el bergantín “Gloria”, para llevar a cientos de majoreros y conejeros a la República del Río de la Plata. Morales se quedaba con las posesiones de estas personas, como pago de un pasaje a La América Española. Muchos majoreros, algunos de Tesjuate, se quedaron sin embarcar y sin tierras, ya que Francisco Morales las había vendido, y así lo atestiguan las diferentes denuncias y documentos del Archivo Histórico.
Compraventa: Francisco Morales, el 16 junio 1836 en Puerto de Cabras, vendió a Lázaro Rugama, de Puerto de Cabras, un sitio en Tesjuates, de 3 almudes y medio de fundo que hubo por compra a Beatriz Cabrera y esposo Domingo Moyato, por precio de 50 pesos corrientes.
En la segunda mitad del siglo XIX se incrementa la llegada a Fuerteventura de los viajeros románticos, provenientes principalmente de Inglaterra y Francia. Estos viajeros dejaron muchos escritos relacionados con la forma de vida de la isla por aquel entonces, entre los más destacados se encuentran George Glas, José de Viera y Clavijo, Sabin Berthelot, Barker Webb, Olivia Stone, René Verneau…

Oliva Stone escribiría en 1884 sobre Teguate.
A nuestros pies, mientras nuestro camello avanzaba con suavidad, había una brillante alfombra de flores moradas, blancas, amarillas y naranjas; manchas de delicadas y cremosas margaritas, con centros de oro (…) “un todo armonioso”. En un lecho fluvial de baja altura, nos sorprendió ver en este agua sedienta que se filtraba a lo largo, el Río Cabras, sin embargo, es, ¡ay! Amargo.
Empezamos a conocer a los campesinos a medida que avanzábamos por la meseta hacia algunas casas. Un hombre, conduciendo un burro delante de él, llevaba unos pantalones de rayas azules y una chaqueta azul oscura. Caminamos por el barranco por debajo de Teguate cubiertas de chozas de barro.
Una palmera solitaria adorna la aldea. Hay tres pozos, cuyo agua, aunque ligeramente salobre, se utiliza. (…)
Dos pilares redondos y cimentados se encuentran sobre una de las riberas del río, una cruz se erige sobre cada uno.
Las casas de Teguate se adentran al lado del barranco, hasta cerca de las más grandes e importantes de Casillas del Ángel. Este pueblo es apenas discernible a corta distancia. Las casas bajas de una sola planta se construyen enteramente de barro, o bien de piedras sueltas y barro, usando la tierra circundante para este propósito. (…)
Las cruces a las que se refiere Olivia Stone son las que se encuentran junto a la Escuela Unitaria. Según la tradición popular, las cruces fueron erigidas en memoria de un sacerdote y un monaguillo que siendo reclamados para dar la extremaunción a un anciano de la zona, murieron ahogados en el lugar, al ser arrastrados por las aguas del barranco, cuando intentaron cruzarlo en un día de lluvias torrenciales. Los habitantes de Tesjuate, han recuperado la costumbre de enramar las cruces con flores la víspera del tres de mayo, Día de la Cruz, utilizando para ello ramas de tarajales y de especieros, flores de melindros y hojas de palmera.

En 1894 se crea la sociedad La Esperanza, para aprovechar el agua del barranco de Río Cabras, que brotaba espontáneamente hasta la superficie a la altura de Tesjuate, desde donde se canalizaba mediante atarjeas hasta el entonces Puerto Cabras, pasando previamente por algunas fincas. Esta canalización se dividía en dos ramales; uno de ellos llegaba hasta la plaza de la Iglesia para regar los árboles, y el otro hasta un bosquecillo de tarajales que se había creado por debajo del cementerio viejo.
En cuanto a la toponimia de esta localidad, podemos contar que desde sus inicios nunca estuvo claro el nombre de esta pedanía. Según Marcial Morera, catedrático de Filología Española de la Universidad de la Laguna. Tejuates proviene de la forma majorera Tiggaten, un vocablo amazige, compuesto del artículo femenino plural “ti”, y el sustantivo plural “gatten” ‘cabras’.
De conocerse este caserío como, Teguate o Tejuate, también terminado en “S”, pasó a aceptarse el topónimo de Tesjuate por un error del MOP en la señalética.
Vamos regresando a la capital, dejando atrás este apacible pueblo de gentes sencillas. Durante este paseo por Tesjuate hemos podido disfrutar de la tranquilidad que da la tierra majorera por estos lares. En este recorrido hemos coincidido con el pastor Juan Pérez, que bajaba por el barranco con sus cabras y su fiel bardino.
En nuestro folklore no puede faltar referencia al pueblo, os dejamos la Mazurca de Tejuate, cantada e interpretada por el grupo Añate
Buenos días:
Tengo noticias de que existe otro topónimo similar en el municipio de La Oliva, concretamente en el pago de Lajares: Montaña de Tesjuate(s); laderas de Tesjuate(s); poblado aborigen de Tesjuate(s).
Muchas gracias.
Saludos