PUNTA DEL SALVAJE Una de los lugares más desconocidos de Fuerteventura

PUNTA DEL SALVAJE

PUNTA DEL SALVAJE

Fuerteventura cuenta con más de 150 playas, muchas de ellas consideradas de las mejores de Europa.

El lado más turístico de Fuerteventura, es sin duda la costa este, donde se encuentran las playas de Morrojable, Risco del Paso, y Costa Calma. Estas playas kilométricas de arena  fina y dorada, son perfectas para pasear, pasar el día, o practicar un sinfín de deportes acuáticos.

Por otro lado la costa oeste de Fuerteventura, muchas veces olvidada, esconde secretos, lugares increíbles, calas recónditas, y playas salvajes. La mayor parte de la costa oeste de Fuerteventura se mantiene prácticamente virgen e inmutable a lo largo de sus más de 100 kilómetros de litoral. Lo que la convierte en uno de los enclaves costeros mejor conservados de Canarias, caracterizado por tener pequeñas e inaccesibles calas protegidas por grandes escarpes.

Desde El Puertito de los Molinos hasta la Playa de Jarugo hay un paseo muy interesante, jalonado por multitud de pequeños acantilados donde asomarnos al Atlántico.

Uno de estos acantilados es la Punta del Salvaje, donde los pescadores más intrépidos  bajan a realizar su labor.

La Punta del Salvaje pertenece al municipio de Puerto del Rosario y se encuentra entre Los Opares y Peña Blanca. Sus aguas bravas, el fuerte viento y el oleaje constante hacen que  estas aguas no sean aptas para el baño.

La Punta del Salvaje acoge una gran cantidad de fauna marina. Meros, morenas, viejas y sargos, son algunos de los peces que habitan estas aguas.

En los acantilados de Punta Salvaje se puede ver a la pardela macaronésica, una de las aves roqueras más emblemáticas de la isla. Mientras que en la llanura cercana, son las aves estepárias como las hubaras, gangas ortegas o alcaravanes las que campan a sus anchas por esta zona.

Este área, sobretodo la más cercana los Opares, contaba con los recursos hidrológicos suficientes para que los mahos establecieran un asentamiento. Todavía se pueden encontrar cerca de la Punta Salvaje, enterramientos tumulares de época precolonial.

Desde la Punta del Salvaje, se disfruta de uno de los atardeceres más mágicos que nos brinda Fuerteventura, con un impresionante paisaje a nuestros pies.

En estos enclaves, donde el tiempo se detiene, la quietud y el silencio, seña de identidad de las zonas áridas, quedan rotos solo por el sonido del viento.

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