Playa de Tarajalejo

Avenida marítima de Tarajalejo

Tarajalejo es una acogedora localidad de tradiciones marineras del municipio de Tuineje, al sur de Fuerteventura. Se conformó, hace siglos, como un poblado pescador, situado al abrigo de la falda de los cuchillos de Pedrera.


Cuenta con una hermosa playa semiurbana de fina arena oscura, grava y bolos de 1370 metros de longitud y 45 metros de ancho. 

Sus aguas son tranquilas aunque el viento es frecuente por la zona. El grado de ocupación de la playa de Tarajalejo es medio. Aquí encontrarás esa tranquilidad que necesitas, sin grandes aglomeraciones. Además cuentas con restaurantes, tiendas y hoteles en sus proximidades.

Playa de Tarajalejo

 Esta playa es ideal para venir en familia y disfrutar del ocio y el tiempo libre. Puedes hacer tanto actividades acuáticas, como practicar la pesca con caña en su muelle.

La playa de Tarajalejo tiene, tras de ella, una renovada Avenida Marítima con varias esculturas, que forman el denominado MARESEUM.

El MARESEUM

El «MARESEUM» es un museo abierto, formado por un conjunto de cinco propuestas artísticas realizadas por autores de diversas nacionalidades, que versan en torno a una misma temática: el mar y todo lo que este comprende e inspira.

Las esculturas fueron realizadas en noviembre de 2017, en el marco del I Encuentro Internacional de Escultores de Tarajalejo, el FÔRMAR 2017.

La primera obra que encontramos es el Pescador de Sueños”.

Pescador de Sueños

Sobre una impresionante roca basáltica se eleva la figura de un pescador recogiendo sus redes. El autor de esta escultura es el majorero Juan Miguel Cubas. Está dedicada a todas aquellas personas que, de una u otra manera, hacen posible que se cumplan los sueños de otros.

Poco más adelante, descubrimos la obra “Seahorse”, de Antonina Fathullina. Un caballito de mar, que mira al bravío Atlántico y cuyo interior está compuesto de piedras marinas, sirve a su autora para representar el símbolo del océano, un recordatorio de la importancia del equilibrio ecológico en la Tierra. Vívido ejemplo de la increíble belleza, sin límites, de la naturaleza.

Seahorse

Unos pasos más adelante es Ana Mamulashvili, de Georgia, quien nos invita con su obra “Ventana al infinito, a observar el mar a través de un marco único lleno de ondas, que simbolizan el movimiento continuo del agua; como si el océano nunca terminara. Desde esta ventana podrás contemplar el lugar donde se funden las olas con el horizonte.

Ventana al infinito

Dejando atrás un punto de bookcrossing (intercambio de libros) ubicado en una pequeña caseta de madera, nos da la bienvenida un sireno sobre una estructura de hierro: el Ladrón de Perlas IV”. Cuenta la leyenda que este tipo de sirénidos ha ayudado, durante miles de años, a las Ama (mujeres del mar) japonesas en su tarea de recolección de perlas en la costa de Shima. 

Ladrón de Perlas IV

Amancio González, autor de la escultura, quiere reconocer con esta obra el trabajo de la mujer en todos los oficios relacionados con el mar.

Al final del paseo marítimo está instalada la obra de mayor embargadura de todas: Islas Canarias.

La escultura, obra de Jhon Gogaberishvili, está compuesta por siete piedras de basalto que simbolizan cada una de las islas principales del Archipiélago Canario. Las piedras están comunicadas por elementos que, a modo de remos, nacen de una gran nave suspendida en el aire. Un barco cuyas velas tienen forma de un reloj de arena, similar a las montañas volcánicas, un medidor de tiempo que nos remonta al origen mismo del Archipiélago.

La playa de Tarajalejo en la historia

Playa de Tarajalejo
Playa de Tarajalejo

Tanto la playa de Tarajalejo como su embarcadero, acaparan algunas fascinantes historias desde principios del siglo XVI. Su muelle fue un punto de exportación de animales, que salían desde Fuerteventura hasta Gran Canaria. Existen referencias de la entrada de cabras y ovejas majoreras, junto con otros animales en el puerto Gran Canario de las Isletas, procedentes de los puertos de Tarajal y Tarajalejo. Así lo cuenta Ambrosio Campos en 1592.

Ambrosio de Campos, n° 930, f. 252 r. En 1592 se cargan en Fuerteventura con destino a Telde, Gran Canaria, 30 reses cabrunas, 2 reses vacunas, 2 bestias asnales y 6 camellos.

Desde el siglo XVII hasta el siglo XVIII el muelle de Tarajalejo, se convirtió en el cuarto muelle más importante de Fuerteventura y el segundo del sur de la isla. En él se embarcaban y desembarcaban pasajeros ilustres. El Alcalde Mayor D. Bentura Soler que embarcó en febrero 1748 fue uno de tantos. Pero también destacó como muelle de mercancías. Ganado, grano, víveres o maderas, eran algunos productos que transportaban los barcos que recalaban en estas aguas.

Así queda reflejado en las actas del cabildo de la época.

131 Legajo 4-a, f. 87, 30 mayo 1755. Villa de Betancuria. Cabildo Abierto.
A. Mayor, Joseph Augustín de Magdaleno. Síndico Personero, Manuel Cabrera. Escribano, Ignacio Joseph Morales. Regidores, Francisco Morales y Thomás de Aquino.

Se acuerdan los cuidados que se deben tomar en el embarque de granos, no permitiéndose en los meses restantes que carguen más de seis barcos, que lo habrán de hacer por los puertos señalados por la Real Audiencia, que lo son: TostónCaleta de Fustes, Tarajalejo y la Peña.

Aunque el puerto de Tarajalejo fue uno de los puertos más transitados del sur de la isla, no dispuso de fortificación alguna para repeler los posibles ataques de los piratas.

Informe del Alcalde Mayor de Fuerteventura D. Antonio Téllez de Silva al Capitán General de Canarias sobre puertos y fortificaciones, en 28 de Mayo de 1719.

Por la parte del Sur ai muchos puertos pues toda ella desde la punta de Corralejo hasta la de Handía es plaia de arena muy apacible y sosegada, por cuia razón dixe en mi primero informe que no soi de parecer se fortifique, pero aviendo con todo cuidado en virtud de orden que tuve del Excmo. Sr. D. Joseph de Chaves, registrado ocularmente estos puertos y premeditado sus posituras, hallo con toda realidad, según mi corta inteligncia, que en el puerto de Tarajalejo, que es el que por aquellos parajes mas se frecuenta, solo son aproposito unas trincheras para el reparo de la gente que en los lances que allí se ofrescan pueden ocurrir y no para fortificación por estar dominado todo el sitio de eminencias que son pardastos muy arriesgados a dominarla y por esto es el peligro muy evidente, como llevo propuesto en mi informe referido.

La Costa de Tarajalejo, al igual que la de Gran Tarajal, también fue protagonista de los ataques corsarios de los ingleses que se realizaron en 1740.
El 10 de Octubre los corsarios ingleses quemaron la balandra de José Antonio en la misma playa de Tarajalejo, y el 9 de noviembre apresan el barco “San Agustín”, el cual es llevado y vendido en Las islas de Madeira por 1.000 pesos.

Tras los ataques de los ingleses en 1740 y la Batalla de Tamasite, D. Joseph Sánchez Umpiérrez escribe y pide que se fortifique la isla.

(…) y no me descuido en solisitar la remesa de todo lo que deve ir de esta Ysla para la construsión de dichas torres de Caleta de Fustes, Tarajalejo y Tostón (…)

 

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