Las Islas Canarias son un paraíso natural repleto de tesoros botánicos únicos, y la isla de Fuerteventura no es la excepción. Entre su variada flora, uno de los tesoros más fascinantes es el Tebete Común (Patellifolia patellaris), una planta autóctona que prospera en los ambientes salinos de todas las islas de nuestro archipiélago canario. Esta especie muestra una afinidad especial por la costa, pero también se adapta sorprendentemente bien en lugares influenciados por la brisa marina.
Descripción del Tebete Común
El Tebete Común es una planta herbácea de porte bajo. Se caracteriza por la formación de densas colonias. Sus tallos suculentos son procumbentes, es decir, que se extienden horizontalmente a lo largo del suelo, creando una especie de alfombra verde que adorna el paisaje costero de Fuerteventura. Estos tallos pueden alcanzar hasta medio metro de longitud y a menudo se dividen en ramificaciones más pequeñas.
Una de las características más distintivas de esta planta son sus hojas, que son gruesas y carnosas, con formas que evocan triángulos, óvalos o incluso rombos. Además, las hojas tienen una base en forma de corazón.
Las hojas del Tebete Común están sostenidas por largos pecíolos y varían en tamaño, con una lámina que puede medir entre 1.5 y 4 centímetros de largo y entre 1 y 3.5 centímetros de ancho.
Las flores del Tebete Común se agrupan en racimos en la base de las hojas, formando “cimas axilares”. Cada una de estas cimas generalmente contiene de 1 a 3 flores, y estas agrupaciones son ligeramente espaciadas en la parte inferior, lo que significa que no se presentan de manera apretada.
En cuanto al perianto, una capa de hojas que rodea la flor, en el Tebete Común está compuesto por cinco piezas llamadas “tépalos”. Estos tépalos tienen puntas que se curvan hacia adentro, y en la parte superior de cada uno de ellos, hay una pequeña extensión triangular en la parte trasera.
Los estambres de la flor, responsables de la reproducción masculina, están dispuestos de manera que se encuentran frente a los tépalos. Lo interesante es que están unidos en la base por un disco carnoso que forma una especie de plataforma circular. En este disco, se forma una estructura llamada “nectario orbicular”, que segrega néctar, una sustancia dulce que atrae a los polinizadores, como las abejas.
Los frutos del Tebete Común son solitarios, caedizos, esféricos o subesféricos, con dimensiones que oscilan entre 2.5 y 4 milímetros de ancho y 3 a 5 milímetros de largo.
Adaptaciones para Sobrevivir en Entornos Salinos
El Tebete Común ha desarrollado notables adaptaciones para sobrevivir en ambientes altamente salinos como son las costas, las dunas y los saladares. Sus hojas suculentas tienen la capacidad de retener agua, lo que resulta esencial para contrarrestar la salinidad del suelo. Además, cuenta con glándulas especializadas en las hojas que excretan la sal, ayudándole a mantener un equilibrio salino adecuado.
Su resistencia a la exposición a condiciones costeras extremas, como la acción del viento y las olas, se debe a sus resistentes y profundas raíces, que anclan firmemente la planta en el suelo arenoso y contribuyen a prevenir la erosión costera.
Usos del Tebete común en la medicina popular de Fuerteventura
El Tebete Común, es conocido también en Fuerteventura como “cagalerona”, ha desempeñado un papel importante en la historia de la isla. Se ha usado como alimento y remedio casero. Las hojas de esta planta se consumían crudas en ensaladas, añadiendo un sabor único a la gastronomía majorera. Además, se empleaba como un remedio natural para combatir el estreñimiento, preparando infusiones ricas en sales minerales con la planta. Sin embargo, se recomienda precaución y moderación en su consumo debido a sus propiedades laxantes.
Distribución y abundancia en Fuerteventura
El Tebete Común (Patellifolia patellaris) es una especie autóctona y se encuentra ampliamente distribuida en Fuerteventura. Es especialmente común en ambientes salinos y suelos degradados, que son características frecuentes en la isla. Esta planta prefiere suelos ricos en nitrógeno, lo que concuerda con la presencia de suelos degradados en la isla. Afortunadamente, no se considera una especie en peligro y no enfrenta amenazas significativas en su hábitat natural.
Contribución a la Flora de Fuerteventura
El género Patellifolia, al que pertenece el Tebete Común, incluye otra especie endémica en Canarias, conocida como Tebete Canario (Patellifolia webbiana), que se encuentra en todo el Archipiélago, excepto en la isla de La Palma. Esta especie en particular ha sido objeto de estudio y conservación debido a su importancia en la flora canaria, enriqueciendo aún más la diversidad botánica de Fuerteventura.
El Origen de los Nombres
El nombre “Tebete” presenta similitudes con algunas palabras del español peninsular, como “beleta” y “beleda”, que se utilizan para describir plantas relacionadas. Incluso se ha especulado que su origen podría rastrearse hasta el francés, dado que la acelga, un pariente cercano de esta especie, se llama “bette” en francés. La influencia normanda en las Islas Canarias desde los primeros tiempos de la conquista es amplia y ha dado lugar a palabras como “jable”, que significa “arena” y que posiblemente tenga su origen en la palabra francesa “sable”. Esto sugiere que el nombre “Tebete” podría tener raíces lingüísticas en esa influencia histórica.