Lluvia artificial en Fuerteventura

Que Fuerteventura sea una de las islas con menos pluviometría de todo el archipiélago Canario no se le escapa a nadie. Solo hay que apartar la vista de las inmejorables playas que nos acogen, y observar una tierra casi desnuda de vegetación, en la que las nubes y el agua pasan de largo más de lo debido. 

Los pobladores de Fuerteventura, antes de la conquista franco-normanda ya realizaban agüeros para atraer a la lluvia. Uno de los más curiosos tenía lugar en los denominados “baladeros”, origen del topónimo Bailadero. En Fuerteventura contamos con el “Bailadero de las Brujas” en Tindaya.

Con la colonización europea las rogativas aborígenes se trasmutaron por otras religiosas (católicas). Se sacaban a santos y vírgenes en procesión por los campos majoreros, para que estos intercedieran y atrajeran las ansiadas lluvias. La mayoría de las romerías se originaron como medio protector ante sequías y plagas.

La Revolución Industrial supuso un espaldarazo a las investigaciones que intentaban crear mecanismos para controlar el tiempo atmosférico, y conseguir agua a voluntad.

Tengamos presente que la idea de controlar la meteorología supondría el desarrollo de la agricultura en lugares infértiles, y por tanto, un desarrollo económico brutal.

La lluvia artificial.

Podríamos decir que, la lluvia artificial es toda aquella lluvia en la que el ser humano forma parte activa en su proceso de creación.

Ya desde el siglo XVIII encontramos numerosos artículos científicos que mencionan la “lluvia artificial”. Ahora bien, en un primer momento este concepto no tenía la misma connotación que hoy en día. Por aquella época se denominó lluvia artificial al riego por aspersión, e incluso al hecho de regar las macetas de los balcones. 

Los primeros ensayos para crear lluvia artificial, tal y como la concebimos hoy, (que caiga agua del cielo), tuvieron lugar en 1880. El método fue ideado por el General Ruggles, quien tomó como referencia las observaciones de Carlos Le Mout. Le Mout constató que en diversas batallas, se formaban nubes y llovía al poco de comenzar el fuego de artillería pesada. Convencido de la acción condensadora de los cañonazos sobre el vapor de agua de la atmósfera, y amparado por Tremblay, propuso al mariscal Vaillant hacer experiencias prácticas. Pero estas no tuvieron éxito.

Ruggles, en 1881, patentó su sistema para crear lluvia artificial basado en el bombardeo con dinamita de las nubes.

Diario Amigo – 27 de febrero de 1881 – Pincha en la imagen para descargar en grande

Desde entonces, se han desarrollado varios sistemas para producir lluvia, que podemos resumir en:

  • Islas de calor, concepto postulado en 1837, por el profesor Espy. Se trataría de calentar una zona amplia y despejada, que atraería el aire fresco procedente del mar. Este se elevaría, y al enfriarse se condensaría y se produciría la lluvia.
  • Saturando las nubes con sales de plata, u otras partículas hidroscópicas para originar núcleos que permitan que el vapor de agua se condense sobre ellas.
  • Bombardeando las nubes con hielo seco.

Desde finales del siglo XIX hasta nuestros días se han venido realizando incontables pruebas en todo el mundo, para provocar lluvia de manera “controlada”. 

La lluvia artificial en Fuerteventura

Poco antes de la Guerra Civil española se empezaron a plantear ensayos de lluvia artificial en Canarias. Fuerteventura, por sus características (gran extensión de terreno, baja población y escasa pluviometría) sería una de las islas escogidas para llevarlos a cabo. 

Las primeras prácticas relevantes de siembra de nubes fueron dirigidas en 1946 por Schaefer y Langumiur, que probaron a estimular artificialmente las nubes con hielo seco.

De esa misma década datan los primeros ensayos de siembra de nubes en España. Se pusieron en marcha en la Cuenca del Duero, Pirineos, Canarias y Marruecos.

Diario “La Hoja del Lunes” de 1948.

Lluvia artificial en Fuerteventura

En Fuerteventura quieren ensayar la lluvia artificial 

El cabildo insular de Fuerteventura se ha dirigido a la Jefatura Agronómica de Las Palmas solicitando gestione de la superioridad un crédito para comprar dos aviones, como ha hecho la Jefatura Agronómica de Tenerife, con objeto de ensayar la lluvia artificial en la isla de Fuerteventura, donde la cosecha se ha perdido totalmente por la sequía. Fuerteventura atraviesa actualmente un momento de enorme miseria, pues son varios los años que no llueve en aquella isla, habiéndose agotado a los labradores todos los recursos. 

No hemos encontrado documentación de si este proyecto se llevó a cabo ni cuáles fueron sus resultados. 

Durante las décadas siguientes no faltaron nuevas pruebas de siembra de nubes para la estimulación de las lluvias en nuestra isla. Desde 1961, Fuerteventura, fue campo de ensayos para la creación de lluvia artificial. Tuvieron como cabeza visible al coronel Leopoldo Castán y Sáenz de Valluerca, inventor del novedoso método Castán para provocar la lluvia artificial, que llevó a cabo personalmente los preparativos del proyecto.

El método Castán, en Fuerteventura, consistía en la instalación de diversos depósitos de explosivos repartidos por la isla, que lanzarían cohetes hacia las nubes, cuando estas hicieran acto de presencia. 

Los proyectiles, de 67 centímetros de largo y 7,5 de diámetro, irían cargados con sustancias hidroscópicas. Al explosionar en las nubes, a unos 800 – 1000 metros de altitud, permitirían un incremento de las gotas de nieve que caerían en forma de lluvia. 

En los años 60 se dispararon cohetes, desde Antigua, Piedra Sales, cerca de La Matilla y en el Tablero del Pasto. El centro de operación estaba instalado en Puerto del Rosario. Poco se sabe de los resultados de estos ensayos. Sin embargo, la falta de noticias en los medios de comunicación oficiales, hacen pensar que fueron un absoluto fracaso. 

Otros experimentos se aplazaron en varias ocasiones, veamos un ejemplo del 11 de marzo 1975.

Se aplaza el ensayo de lluvia artificial en Canarias

Los primeros ensayos de lluvia artificial que se iban a llevar a cabo en España, en la zona de Canarias, han sido aplazados hasta el próximo octubre, por considerar los expertos que la época idónea para este tipo de prácticas es la comprendida entre los meses de octubre y marzo (…)

La razón del aplazamiento, en base a dichos estudios, estriba en que se considera cómo la mejor época para su desarrollo entre octubre y marzo, y dado lo avanzado del mes, se ha considerado conveniente retrasar la experiencia hasta el próximo octubre.

La provocación de lluvia artificial se hará sobre las costas de Lanzarote, Gran Canaria y Fuerteventura.

A finales de los años 70 del siglo XX se creó el Proyecto de Intensificación de la Precipitación (PIP), auspiciado por la OMM (Organización Meteorológica Mundial) en el que se escogió como países piloto a Australia y España.

Uno de los últimos vuelos, en el archipiélago, de aviones “sembradores de nubes” tuvo lugar el 17 de febrero de 1989. Estos experimentos pudieron estar detrás de las desastrosas consecuencias ocasionadas por las lluvias torrenciales acaecidas esos días. Se registraron precipitaciones de hasta 181 litros por metro cuadrado, que provocaron inundaciones en la vecina isla de Gran Canaria.

Los resultados de los proyectos con lluvia artificial, en España, han sido tan pírricos en relación al esfuerzo económico acometido, que antes de que terminara el siglo XX ya se había abandonado este sistema para obtener más agua. 

Países como China o Israel siguen invirtiendo, millones de dólares anualmente en la obtención de agua a voluntad.

lluvias torrenciales en Canarias agravadas por los aviones de lluvia artificial.
lluvias torrenciales en Canarias agravadas por los aviones de lluvia artificial.
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