LEYENDAS DE FUERTEVENTURA – LAS VISITAS DE AYOSE Y GUISE

LEYENDAS DE FUERTEVENTURA – LAS VISITAS DE AYOSE Y GUISE 

LAS VISITAS DE AYOSE Y GUISE

Los mahos no dejaron escritos sobre su historia o cultura de manera extensa. Lo único que se ha encontrado son grabados con escritura líbica canaria, o líbica bereber. En la mayoría de esos petroglifos dejaron constancia de lugares de puntos de extracción de agua en épocas de sequías, ciertas transacciones, recuentos de ganado, juegos, los nombres de sus pueblos de origen, etc…, pero por desgracia no dejaron datos de su vida cotidiana. Este hecho hizo que los viajeros e historiadores que visitaban Fuerteventura escribieran de fuentes orales ciertas anécdotas, que se irán convirtiendo en leyendas, esta que contamos a continuación ha sido escrita y reescrita por Bontier, Le Verrier, Abreu Galindo y Juan Bethencourt Alfonso, donde cada uno ha ido aportando pequeñas modificaciones.

LA VISITA DE AYOSE A GUISE

Ayose

Soberano del reino de Jandía en la época de la invasión de Juan de Bethencourt, año de 1402. Son legendarios sus hechos de armas contra el famoso rey de Maxorata y el valor que mostró al ser invadido por los europeos.

Cuéntase que era muy ágil y de “grandes pulsos” recordándose algunas anécdotas propias de aquellos tiempos heroicos, en que se tenía a gala preparar las ocasiones unos a otros para ponerse a prueba en valor y potencia muscular.

Refieren que teniendo anunciada el rey Guize una visita de Ayoze, al llegar éste no bien penetraron en el auchón real y se sentaron entre los magnates, Guize le presentó un zurrón con gofio y un queso de año de cuatro libras duro como risco, que a su presencia partió con las manos sin aparente esfuerzo en dos pedazos, diciéndole con la mayor naturalidad: -Sé que traes hambre y mientras nos cuentas tu viaje prepárate un sobao-.

Ayoze cogió como al descuido los dos trozos de queso, testigos elocuentes de las enormes fuerzas del que los partió con las manos, los metió en el zurrón, llenó éste de aire y cuando lo atravesó sobre el muslo para sobarlo, con calculada indiferencia hizo a Guize una pregunta que lo obligó a hablar como un minuto.

Al terminar el de Maxorata observó a Ayoze:

-Antes de empezar mi relato razón es que comamos; y así diciendo alargó el zurrón a Guize con el sobao hecho “más blando que manteca”-

Nadie replicó; allí no había pasado nada: pero todos miraban con asombro a aquellos dos Hércules. Tal era el temple de los reyes.

Resueltas ciertas negociaciones y de acuerdo con el rey de Maxorata, unos días después de éste, el 25 de enero de 1.405, se presentó a Bethencourt seguido de 48 vasallos para reconocer la soberanía de España y ser bautizado. Recibió el nombre de Alfonso, y como data un solar para casa y 400 acres de tierra según Bontier y Le Verrier.

LA VISITA DE GUISE A AYOSE

Guize.

Último soberano de Maxorata, fue famoso guerrero y digno émulo del rey de Jandía. También refiere la tradición la visita que le devolvió a Ayoze.

 Advertido éste, recibiolo presentándole a pulso con una sola mano el brazo tendido, un tabajoste de dos asas con 20 cuartillos de leche, diciéndole: “-Bebe, que traerás sed del camino, y no la derrames porque no tengo más-”

Cogió Guize el tabajoste tal cual se lo presentaron, pero no bien empezó a beber se le echó encima un perro furioso amaestrado. No interrumpió su faena, sino que siguió bebiendo, pues mientras sostuvo el tabajoste con la mano derecha, sujetó al perro por el cuello con la izquierda. Cuando concluyó, a la par que entregaba con aire distraído la vasija de ordeño caía muerto el perro a sus pies; reanudándose la conversación como si nada hubiese acontecido.

En 18 de enero de 1405, apareció ante Juan de Bethencourt con 40 de sus cortesanos para entregarse y ser bautizado, tomando el nombre de Luis. Fue agraciado con una data igual a la de Ayoze como afirman Bontier y Le Verrier.

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