LA NOCHE DE SAN JUAN EN FUERTEVENTURA

NOCHE DE SAN JUAN - CORRALEJO

NOCHE DE SAN JUAN – CORRALEJO

Una de las noches más mágicas del año es, sin duda, la de San Juan, que tiene lugar del 23 al 24 de junio.

El origen de la fiesta de la Noche de San Juan, en la que se hacen hogueras, se remonta como mínimo a la cultura celta. El pueblo celta adoraba al sol, organizaba una fiesta en el solsticio de verano en la que encendían hogueras, y en la que los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas, con la idea de purificarlo y defenderlo contra las enfermedades. 

La hoguera también servía para ayudar al sol a que “no perdiese fuerza”, porque desde San Juan los días irán siendo, cada vez, un poco más cortos. Además tenían la firme convicción de que el fuego destruía lo malo y lo dañino.

Esta fiesta pagana, se introdujo en el sur de Europa de la mano de los lombardos, originarios de Escandinavia, y de los cuatro pueblos bárbaros (vándalos, suevos, alanos y visigodos) que se asentaron en la península Ibérica. Con el tiempo la fiesta se adaptó a las creencias de cristianos, judíos y musulmanes, incluso celebraban el solsticio de verano conjuntamente.

Festejar los cambios de estación es una celebración universal y cada cultura la realiza de diferente manera. 

NOCHE DE SAN JUAN

NOCHE DE SAN JUAN

Los aborígenes canarios, también los mahos, realizaban diversos rituales en torno al solsticio de verano. En Fuerteventura, durante la época prehispánica y años posteriores a la conquista, los aborígenes hacían sacrificios, hogueras, e invocaban a los espíritus de sus antepasados, que salían del mar en forma de nubecilla. Pedro Gómez Escudero, en el siglo XVII, lo describe de la siguiente manera. 

Parece que por lo que los Majoreros y Canarios creían, admitían la inmortalidad de el alma, que no sabían luego explicar. Tenían los de Lanzarote y Fuerteventura unos lugares o cuevas a modo de templos, donde hacían sacrificios o agüeros según Juan Leberrier, donde haciendo humo de ciertas cosas de comer, que eran los diezmos, quemándolos tomaban agüeros en la que habían de comprender mirando al humo, y dicen que llamaban a los Majos que eran los espíritus de sus antepasados que andaban por los mares y venían allí a darles aviso cuando los llamaban, y éstos y todos los isleños llamaban encantados y dicen que los veían en forma de nubecillas a las orillas del mar, los días mayores del año, cuando hacían grandes fiestas, aunque fuese entre enemigos, y veíanlos a la madrugada el día del mayor apartamiento del Sol en el signo de Cáncer, que a nosotros corresponde el día de San Juan Bautista.

Tras la conquista y la colonización castellana, la costumbre de hacer hogueras, en San Juan, se impuso en el archipielago. En los documentos históricos de Gran Canaria, de mediados del siglo XVI, viene reflejado que los Cofrades de la Hermandad de San Juan Bautista, acordaron, que se pagara, en 1544, a los esclavos negros para que llevaran leña, y así poder hacer las hogueras, la noche de San Juan. 

Los solsticios siempre han servido como seña en el calendario, no solo astronómico, sino también a la hora de hacer pagos, renovación de trabajos y contratos. Por ejemplo, en Fuerteventura, el contrato de los guardas de garañones (asnos sementales), eran renovados el día de San Juan.

Asimismo, en los acuerdos del cabildo, hay varias referencias  a los pagos que se tenían que hacer por San Juan.

Año de 1578-

Dote que Juan de Alcázar Vargas, v°., da a su hija Juana de Alcázar, por estar tratado casamiento entre ella y Diego de Liria, vº. en 70 doblas, en preseas y ajuar de casa. A pagar en un plazo desde Navidad primera a San Juan de junio.-

Año de 1600:

Concierto por el cual Juan Melián de Antequera, vº, se obliga a servir a Luis Báez, desde el lunes primero, que se contarán 24 días, hasta el día de San Juan de junio, en segar, trillar, y hacer todo el servicio que fuere menester en la sementera que tiene hecha Báez

El historiador Manuel Lobo Cabrera cuenta que se tomaba San Juan como referencia de pagos, por ser Fuerteventura una isla eminentemente agrícola. A finales de junio, la cosecha ya estaba recogida, y los vecinos disponían, en esos días, de dinero o de especies con los que hacer frente a sus deudas.

Pero, si algo tiene de especial la noche de San Juan son las diferentes supersticiones y tradiciones que se han realizado, durante siglos, en Fuerteventura. 

NOCHE DE SAN JUAN

NOCHE DE SAN JUAN

En nuestra isla hubo una gran mistura de tradiciones aborígenes y castellanas. Tindaya es uno de esos lugares donde, las hogueras y las prácticas adivinatorias se asociaron por San Juan. Entre las leyendas, la que más ha perdurado en Tindaya, es la de la cueva del Bailadero, situada en la falda de la montaña sagrada. Se decía que, en la noche de San Juan se reunían hombres y brujas para hacer bailes eróticos y realizar prácticas sexuales. Sin embargo, esta práctica no era tal. La cueva del Bailadero, fue antaño, utilizada como “baladero”, una tradición aborigen que se hacía para atraer a la lluvia. 

Entre los agüeros que se han realizado el día de San Juan, desde antaño hasta hace poco, destacamos los siguientes.

Agüeros o supersticiones

  • Algunos majoreros tenían la costumbre, de coger papas la víspera de San Juan. Unas las pelaban, otras no, y se lanzaban debajo del camastro, o se tapaban con un paño. Durante la noche mágica, con los ojos cerrados, se metía la mano bajo la cama para coger una papa. Si salía pelada, significaba que uno iba a seguir siendo pobre. Si tenía la cascara era que sería rico.
  •  El día de San Juan, al igual que el de San Antonio, servía para buscar pareja. La persona que tenía varios pretendientes, sobre todo, las mujeres, escribían los nombres de los chicos que les gustaban, en sendos papeles, y los introducían en un recipiente con agua. Al amanecer se iba a ver los papeles y el que estaba más abierto sería el nombre del futuro marido.
  • Las mujeres tenían la costumbre, la víspera de San Juan, de poner rosas y plantas aromáticas en un cacharro con agua. Al amanecer tenían que lavarse con el agua aromatizada para que su belleza aumentara y fuera más duradera.
  • El día de San Juan era la jornada propicia para curar las hernias de los niños. En Fuerteventura tenía que ser a través de dos personas, un hombre y una mujer, que debían de llamarse Juan y María. Hacían un largo ritual en el que no faltaban los conjuros, una vara de membrillero o granado y una hoguera.
  •  El día de San Juan se ponían 12 montoncitos de sal, sobre una tabla, y los que escurrían más agua eran los mejores meses, los otros correspondían a los meses más secos.

Por cierto, las fiestas locales, de Fuerteventura, en honor a San Juan Bautista, tienen su origen en el siglo XVII, cuando una plaga de langosta arrasó el campo majorero y se tuvo que elegir, a suertes, un santo que los protegiera.

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