La Matilla
Hoy nos adentramos en los principios de la historia del caserío de la Matilla, un pequeño pueblo que pertenece al municipio de Puerto del Rosario. Se encuentra al Norte de Tetir, entre la montaña de la Muda y El Aceitunal, flanqueado por las cabeceras de los barrancos de Valhondo y de El Risco.
Desde que Fuerteventura queda en manos españolas, tras la conquista por parte de los franco normandos, los nuevos ocupantes buscaron para sus asentamientos, valles con fértiles tierras, alejadas de las costas, por el temor a los ataques de corsarios y piratas berberiscos.
Los primeros colonos se establecieron en Betancuria, Santa Inés, Río de Palmas, Pájara, Antigua, Tuineje, Tetir y La Oliva, siendo estos los centros más antiguos y de mayor importancia de la isla. Alrededor de estos núcleos poblacionales, van desarrollándose, pequeños caseríos. En el caso de La Matilla el asentamiento permanente, al abrigo de las montañas de la Muda y la Caldera, tuvo lugar en los primeros años del siglo XVI.
La Matilla – Cárcavas
Los señores de Fuerteventura y Lanzarote comenzaron a repartirse las tierras del señorío para su explotación, a excepción de la dehesa de Jandía, que quedó como reserva de uso para los señores. Las tierras se entregaban mediante unos documentos llamados “mercedes”, dadas a los indígenas que quedaron en la isla, y a los nuevos colonos. A mediados del siglo XVI ya aparece el topónimo de la Matilla como tal en algunas de estas mercedes.
El 8 de Enero de 1550
Yo, Agustín de Herrera, señor destas islas de Lançarote y Fuerteventura, hago merçed a vos Francisco de Morales Matheos, mi mayordomo, en esta ysla de Fuerteventura, la cual merçed os hago de un vallechuelo que es el valle del Sordo, debajo de la montaña de la Matilla, el cual vallechuelo llega hasta el canto de la montaña de la Matilla el barranco arriba (…).
La zona de la Matilla es más bien llana, rica en aguas. En su suelo arcilloso se encuentran las cárcavas más profundas de todo el archipiélago, producidas por las aguas de escorrentía. Debido a la baja permeabilidad del suelo, este es uno de los lugares con una gran densidad de charcas para la recogida de aguas de lluvia.
Al no tener la zona, una vegetación consistente, los majoreros tuvieron que construir sistemas que retuvieran estas aguas, poder almacenarla y que les permitiera sembrar, como son las cadenas, maretas, gavias, y los nateros.
La Matilla – Mareta del Pueblo
Los suelos arcillosos no son idóneos ni para la agricultura ni para la ganadería, ni siquiera son aptos como suelo residencial, debido a la inestabilidad del terreno. Quizás estás características fueran la causa de que La Matilla no se desarrollara como otros pueblos cercanos. Teniendo desde sus inicios, hasta nuestros días, una media de 100-200 habitantes. En algunas épocas se redujo la población a escasamente 20 vecinos.
A pesar de todas las dificultades los majoreros fueron capaces de cultivar en estas tierras frutales, olivos, trigo y cebada.
Una de las fuentes principales para el abastecimiento de agua en la Matilla eran las fuentes de Tagasote y de Esquinzo, que eran vigiladas por las autoridades para impedir que en ellas se lavara y se llevara a beber al ganado. En los Acuerdos del Cabildo se insta a los vecinos de la Matilla a limpiar tanto las fuentes cercanas como la de Río Cabras, la más caudalosa de la isla.
13 Legajo 1, f. 16, 23 Mayo 1606. Villa de Betancuria.
Alcalde Mayor, Francisco Morales. Regidores, Francisco Morales y Melchor de Armas. Escribano, Salvatierra.
Se acordó que para el jueves 1 de Junio se limpie la fuente de Río de Cabras por todos los vecinos de la isla. Asistirá Melchor de Armas. El día 2 se limpiará la fuente de Tagasote por los vecinos de la Matilla, asistiendo el anterior citado. El día 7 se limpiará la de Esquinzo por los vecinos de la Oliva y Matilla.
Desde la Matilla parten varios Caminos Reales hacia la Villa de Betancuria y hacia otros pueblos importantes. Todos los años, y generalmente después del invierno, el Cabildo mandaba a arreglar los caminos de tierra de la isla. Eran los vecinos de los pueblos los que realizaban estas tareas, con los útiles necesarios. Vigilaba el trabajo en cada camino una persona encargada por el Cabildo. Esta persona pasaba una lista de los vecinos que no asistían, y a los que el Cabildo multaba.
La Matilla desde el Risco
Así queda reflejado en uno de los Acuerdos del Cabildo del 19 de marzo de 1640
El día 28 los de Tetir, Herradura, Time, Matilla, Sordo y Tefía limpiarán los caminos de Iján y Afacay, asistiendo el Alférez Sebastián Dumpiérrez. Será cumplido pena de 600 maravedíes.
En cuanto a su jurisdicción, podemos decir que debido a la situación limítrofe entre el Curato de la Oliva y el de Tetir, La Matilla perteneció primero al curato de la Oliva, compuesto además por los pueblos de Tindaya, Valdebrón, Caldereta, Villaverde, Lajares, Tostón y Manta. Sin embargo tras la visita del Obispo Tavira a finales del siglo XVIII La Matilla queda en el Curato de Tetir. En el siglo XIX y tras la creación del Ayuntamiento de Puerto Cabras, tanto La Matilla como otros pueblos del municipio de Tetir se incorporaron a Puerto del Rosario, al que pertenece hoy en día.
La vida de la aldea de la Matilla ha sido más o menos tranquila, hasta los años 90 del pasado siglo, cuando el Ministerio de Defensa, instala de manera unilateral radares militares en la montaña de la Muda. Esto lleva a que gran parte de la población se manifieste en contra, teniendo al Senador Mesa Noda como una de las cabezas visibles de estas manifestaciones.
Siempre es buen momento para conocer nuestros pueblos. Desde la Matilla puedes recorrer varios senderos, subir a la Montaña de la Muda, o conocer las fuentes del Chupadero, la era de la Montaña de la Muda, o el Taro de los Quintana. Pero uno de las mejores ocasiones para visitar la Matilla, es hacerlo durante las fiestas patronales en honor a Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro, que se celebran en la primera quincena del mes de Agosto.
