La Cerámica en Fuerteventura

La Cerámica en Fuerteventura. Los Mahos fabricaban recipientes cerámicos de uso cotidiano

reproducción cerámica aborigen

Adentrarse en el fascinante mundo de la historia aborigen y concretamente de la cerámica, no siempre es fácil en Fuerteventura, pues esta querida isla no cuenta con instalaciones adecuadas para satisfacer las necesidades de estudio o la curiosidad, de las personas que vivimos en ella o de aquellos que vienen a visitarnos. Es necesario acudir a los museos de Tenerife, Gran Canaria, o sumergirnos en los libros si queremos profundizar más en su conocimiento.

Dicho esto, comentar que por suerte para conocer un poco sobre la cerámica aborigen, solo tenemos que salir de nuestras casas y recorrer la geografía majorera con los ojos bien abiertos. Encontraremos pequeños restos cerámicos de clara factura aborigen en casi cualquier parte, desde lugares cercanos a la costa, hasta en los más recónditos barrancos.

La cerámica es una de las primeras manifestaciones del ser humano, y desempeñó un papel esencial en la vida cotidiana del pueblo maho. La elaboración de la cerámica era una de las actividades realizadas por mujeres.

Los mahos fabricaban recipientes cerámicos, para el almacenaje y transporte de líquidos y comida, que usaban tanto para la propia alimentación como para ritos religiosos y funerarios.

La cerámica prehispánica en Canarias tiene una gran diversidad de formas y funcionalidades, cuya característica más relevante es el estar fabricadas a mano, pues los aborígenes no conocían el torno.

Cerámica aborigen

Cerámica aborigen

Las piezas eran confeccionadas individualmente, variando sus dimensiones, presentando claras irregularidades, hasta el punto de que cada pieza contiene la propia impronta de su creador.

Se hacían desde la base hacía la boca, añadiendo masa cada vez que la pieza iba tomando altura, moldeándola y dándole la forma según el tipo de utilidad elegida. Los aborígenes añadían a la pasta humedecida un poco de arena fina que servía para darle mayor consistencia. Esta labor se simultaneaba con el alisado interior y exterior de la pieza, con bruñidores o pulidores de piedra.

En el bruñido, para el alisado y abrillantado de las piezas, se mezclaba el almagre con grasas, como el sebo y manteca de cabra, dándole una cierta apariencia de esmaltado.

Bruñido

Bruñido

Después de fabricada la pieza y secada al sol, se calentaba al horno, para adquirir la resistencia necesaria. Estos hornos eran un hoyo hecho en el suelo donde se quemaba la leña hasta conseguir las brasas, después se colocaban encima los recipientes previamente secados al sol, y de nuevo se volvía a colocar leña para cubrir las piezas.

Mucha de la cerámica maxie era lisa, mientras que otras estaban decoradas mediante incisiones, destacando las líneas geométricas, grecas, espigas, líneas sinuosas y combinación de ángulos o bandas paralelas que se disponían en vertical desde el borde.

La cerámica de Fuerteventura tiene una clara influencia bereber, que se nos presenta en diferentes formas, por lo general, semiesféricas, ovoides, y globulares, de fondo convexo, o cónicas con tapaderas. Los grandes vasos de Fuerteventura, de fondo cónico muy acusado, recuerdan a las culturas del antiguo mediterráneo.

Los recipientes de uso diario eran los gánigos, que se utilizaban para ordeñar, contener leche, guardar la manteca del ganado, coger, almacenar y transportar agua, y guardar granos o cualquier otro producto alimenticio.

Como vasija de ordeño los mahos fabricaban los tabajostes, tojios, o tofios, que tienen una forma muy peculiar. Esta vasija tiene un borde ligeramente reentrante, paredes mínimamente curvas y una base plana. Pero el elemento que lo caracteriza es, su vertedero. Los tofios suelen ser de color oscuro y están decorados con motivos geométricos, rayas en zigzag, paralelas o en espiga, realizados con incisiones y puntillados, tanto en el lado interior como el exterior.

Cerámica aborigen - Barranco de Muley

Cerámica aborigen – Barranco de Muley

Una de las tradiciones pastoriles que se han mantenido hasta hace poco es el uso de “escondrijos”. Los escondrijos eran lugares resguardados de todo tipo de inclemencias meteorológicas, normalmente entre el malpaís, en los que se guardaba un recipiente con agua para ser usado en el momento en el que se necesitase, evitando así el continuo traslado de los mismos. En algunos escondrijos se han encontrado estas vasijas con huesos, mantecas y diferentes útiles domésticos. Algunos autores interpretan estos lugares como depósitos rituales, donde se creía que habitaban espíritus malignos y donde se colocaban estas pequeñas ofrendas.

Por suerte, muchos artesanos amantes de la cultura canaria, fabrican sus piezas cerámicas siguiendo las antiguas técnicas de elaboración del pueblo aborigen canario. Por ello, desde aquí te animamos a que adquieras objetos artesanales de las islas, es una de las acciones con la que podemos contribuir a que se siga manteniendo viva nuestra ancestral cultura.

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