Iglesia de Villaverde, San Vicente Ferrer

Ermita de San Vicente Ferrer en Villaverde.

Ermita de San Vicente Ferrer – Villaverde

La Ermita de San Vicente Ferrer se localiza en el margen derecho de la carretera FV-101 a su paso por Villaverde, término municipal de La Oliva

Este pequeño santuario, al contrario que la mayoría de las que aun se conservan en Fuerteventura, se encuentra a muy poca distancia de las casas. Fue fundada en 1781 por Don Juan Jacinto Cabrera Betancourt. Sin embargo la idea de crear un recinto religioso se gestó varias décadas antes. 

Fue precisamente en 1753 cuando el matrimonio formado por el Coronel Melchor Cabrera y doña Ana Cabrera donaron 30 fanegas de buena tierra en Villaverde, a favor del clérigo de órdenes menores José Luque, para que allí se levante un oratorio. 

¿Quién fue Juan Jacinto Cabrera Betancourt?

Don Juan Jacinto Cabrera Betancurt era natural de la Oliva, hijo de Pablo Mateo Cabrera y María de Cabrera Betancourt. Estaba unido al linaje de los Coroneles de la Oliva. 

Entre los miembros más destacados de la familia de Juan Jacinto podemos destacar a su primo, el capitán Gines de Cabrera, su tío Julián Cabrera Betancurt, y al coronel Melchor Cabrera.

Su hermana Tomasa se casó con Julián Mateo Cabrera.

Juan Jacinto Cabrera fue, entre otras cosas, Beneficiado de los templos de Santa Maria de Betancuria y del curato de Pájara. Asimismo aparece como Comisionado del Santo Oficio de la Inquisición, en febrero de 1744. 

Juan Jacinto Cabrera tuvo una labor destacada en la fundación de varias ermitas majoreras. Mandó construir el recinto de la iglesia de Villaverde cuando contaba con 78 años de edad. También costeó la escultura del patrón (San Vicente Ferrer), y de los ornatos del santuario (cáliz, casulla, albas). Asimismo dotó a la iglesia con 12 fanegas de tierra. 

Ermita de San Vicente Ferrer de Villaverde.

Iglesia de Villaverde

En la visita pastoral realizada por el Obispo Tavira a la isla de Fuerteventura, en el año 1792, no se hace mención alguna a esta iglesia y, dentro del término municipal de la Oliva, además de la parroquia de Nuestra Sra, de Candelaria, solo se mencionan las siguientes ermitas: en la Caldereta Nuestra Sra.de los Dolores y San Miguel, en Vallebrón Nuestra Sra.de Gracia y San Juan Bautista y en Tindaya Nuestra Sra. del Rosario, algunas actualmente desaparecidas. A estas ermitas habría que añadir Nuestra Sra. del Buen Viaje en el CotilloNuestra Sra. de la Caridad en Tindaya, a las que probablemente no se haga mención en la visita de Tavira por no haber pasado el obispo por ellas. 

En 1830 la iglesia de San Vicente Ferrer ya está en pleno funcionamiento. Ese año aparece don Francisco Manrique de Lara como cuidador y patrono de la iglesia. 

Iglesia de Villaverde

A lo largo de su historia la ermita de Villaverde ha sufrido diferentes remodelaciones. Entre las más destacadas, del siglo XX, se encuentra la que se realizó en 1996, ese año se restauró el tejado.

Tanto el cuerpo principal de la ermita como la sacristía, que se encuentra en el lado izquierdo, son de planta rectangular, con techumbre a tres aguas y teja al exterior. A la sacristía se puede acceder desde la calle comunicándose con la ermita por una puerta que da directamente al altar mayor.

La portada principal está rematada con arco de medio punto realizada en cantería negra. Coronando el hastial se encuentra la espadaña sobre una pequeña repisa; tiene forma rectangular con un pequeño hueco-campana rematado en arco de medio punto. Sobresale en la parte superior una pequeña cornisa sobre la que descansan dos pequeñas piezas a modo de ménsulas decorativas coronando el conjunto. 

Cuenta esta ermita, además, con una entrada lateral que se abre en el muro derecho, enmarcado en cantería negra al exterior y rematado en arco de medio punto. Las esquinas de la ermita están realizadas en sillares de cantería negra vista. 

El interior de la nave está cubierta con un sencillo artesonado de madera a tres aguas y almizate decorado con lacería. 

Iglesia de Villaverde

El empuje de la cubierta sobre los muros laterales es contrarrestado por cinco tirantes simples de madera.

El único altar con que cuenta la ermita se sitúa en el testero de la misma, diferenciado en altura por un escalón que lo eleva del resto del recinto.

Forman parte de la misma los elementos que se relacionan a continuación:

  • Escultura anónima de bulto redondo, talla de madera policromada, telas encoladas y pan de oro, representando a San Vicente Ferrer de 79 x 34 x 20 cm, siglo XVIII.
  • Escultura anónima de bulto redondo, talla de madera policromada, mide 130 x 102 x 36 cm representando a Cristo Crucificado, siglo XX. 
  • Cáliz, anónimo, de plata repujada y labrado de 23 x 15 cm, perteneciente al siglo XVIII.
  • Escultura anónima de bulto redondo, talla de madera policromada, telas encoladas, representando a San Roque de 40 cm, siglo XVIII.

La pila bautismal fue adquirida en 1955 por vecinos del municipio. Costó 150 pesetas.

Iglesia de Villaverde

En el siglo XVIII el pueblo majorero, tenía como costumbre general hacer memoria testamentaria disponiendo minuciosamente la distribución de sus pobres bienes. La mayoría de ellos se invierten en pagar los gastos de entierro y misas, y nunca faltaban ni la misa del alma, ni la de cabo de año y eran muy frecuentes las de San Vicente Ferrer.

Cancionero de Fuerteventura

En el cancionero de Fuerteventura se hace referencia a algunos cantares humorísticos que tratan de pueblos y sus habitantes. En él encontramos dos coplas que los vecinos de Los Lajares y los de Villaverde se cantaban unos contra otros:

San Antonio es el Santo Patrono de la Ermita de Los Lajares y los de Villaverde les cantaban:

Padre mío, San Antonio,

¡dónde te tienen metido…!

¡En el pueblo de Lajares

de ratones consumido…!

Y, como se ve en la siguiente copla, los de Los Lajares la cantan contra los de Villaverde cambiándole el lugar y el Santo Patrono.

Padre mío, San Vicente,

¡dónde te tienen metido!

¡En el pueblo Villaverde

de ratones consumido…!

La ermita de San Vicente Ferrer de Villaverde fue declarada BIC (Bien de Interés Cultural) en el decreto 129/1991, 21 de junio. BOC número 93, 15 de julio de 1991.

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