Gaviota patiamarilla (Larus cachinnans Atlantis)
Esta gaviota que todos conocemos y que se puede observar desde casi cualquier lugar de la costa de las islas Canarias, es la única variedad de patiamarilla de las 3 que existen en España ( la atlantis en Canarias, la michabellis en el litoral Mediterráneo, y la lusitanius en Galicia y país Vasco) que anidan en el archipielago Canario. Esta gaviota era considerada, hasta hace poco, una subespecie de la gaviota argéntea (Larus argentatus) pero, actualmente, se trata como una especie distinta, diferenciendose claramente entre las dos especies por las patas, ya que la Gaviota Argentea tiene las patas de color rosado.
La gaviota patiamarilla es un ave del orden de las Charadriiformes (caradriforme) de la famila Laridae ( láridos) que puede llegar a los 65 cm de longitud y una envergadura de algo menos de 150 cm. Es un ave que se alimenta tanto en las playas y aguas litorales, como en las zonas de vertederos, basureros, P.I.R.S.
A modo anecdótico baste decir que las mayores concentraciones de esta especie de gaviota se pueden observar en los P.I.R.S. y vertederos de residuos de nuestras islas, en el vertedero insular de Fuerteventura, se ha registradon concentraciones de hasta 3.000 individuos.
Además podemos encontrar estas aves en zonas urbanas donde se pueden acumular restos de comida como en los patios de los colegios e institutos de las poblaciones costeras. En ocasiones depreda las crías y los huevos de algunas especies de aves que anidan en el suelo. Los invertebrados marinos también forman parte de su dieta. La especie se ha establecido en los archipiélagos macaronésicos (Canarias, islas Salvajes, Madeira y Azores), así como en buena parte de Europa y Asia.
gaviota patiamarilla no presenta dimorfismo sexual en su plumaje, que es blanco en cabeza, nuca, pecho, vientre, dorso y las partes superiores de las alas, mientras que en el resto es grisáceo oscuro y negro en el extremo de las mismas, sus principales características son sus palmeadas patas amarillas (a veces rosadas), el pico es amarillo con una pequeña mancha roja subterminal en la mandíbula.
Los individuos jóvenes presentan también un plumaje gris mezclado con blanco , aunque las partes blancas están profusamente adornadas con motas de color pardo oscuro.
La época de cría es en primavera normalmente durante los primeros días de abril, confeccionando su nido con ramitas, algas y plumas que lo situa cerca de una roca o de alguna planta en arenales en la costa o acantilados junto al mar.
Realizando una puesta al año con 2 o 3 huevos. la forma de estos huevos puede ser la subelíptica y la oval, son de color oliva, ante-verdosos o blanco azulados, estando cubiertos por motas negras y castaños y sin brillo.
La incubación dura un período de 25-30 días y es realizada por ambos progenitores, comenzando los huevos a eclosionar en los primeros días de mayo, y los polluelos son alimentados por ambos padres. El polluelo de esta gaviota es seminidifugo y deja el nido a los 2-3 días de su nacimiento, aunque permanece en sus proximidades. Exhibe un plumón sedoso de color blanco grisáceo.
Se trata de una especie oportunista que ha sabido aprovecharse de los desechos humanos. Esta facilidad para encontrar alimento ha supuesto un aumento espectacular de sus poblaciones en las últimas décadas. Este incremento en el número de gaviotas está repercutiendo negativamente en las poblaciones del resto de aves marinas que comparten con ellas los lugares de cría en acantilados, roques e islotes.
Al ser la mayor de todas las especies de aves marinas que viven en Canarias está desplazando a las demás. Esta situación se agrava aún más si se tiene en cuenta que, al alimentarse de pollos de otras aves (petreles, paíños y pardelas chicas, cigüeñuelas) o al consumir huevos de aves amenazadas, tales como la hubara canaria o del halcón de berberbería, contribuyen al declive de las poblaciones de otras especies.
A modo de recomendación conviene que, en los vertederos, los residuos orgánicos no se dejen al aire libre, de manera que estas aves no puedan alimentarse de ellos y sus poblaciones no sigan aumentando para que con el transcurso del tiempo se autorregulen en función de los recursos existentes.