La ermita de La Caldereta
La Caldereta es un pequeño caserío, perteneciente al término municipal de La Oliva, situado en el lugar conocido como Llanos del Palo, en el tramo bajo del Barranco de Vallebrón. Se cree que la formación de la Caldereta tuvo lugar en el siglo XVIII.
En la Caldereta se encuentra la ermita de Nuestra Señora de los Dolores y San Miguel Arcángel. La ermita de La Caldereta se levanta en un terreno llano, de pequeñas dimensiones. Es de una sola nave, teja y madera en su techumbre y sacristía, que se adosa a la cabecera del templo.
Se sabe que durante la segunda mitad del siglo XVIII, los vecinos de La Caldereta de los Denises se desplazaban a Vallebrón o a la Oliva para oir misa, los transtornos que esto les ocasionaba llevaron a los vecinos a iniciar los trámites para contar con un santuario a principios de la década de los 90 del siglo XVIII.
La autorización para edificar la ermita, en honor de la Virgen de Gracia, la concedió el Obispo D. Antonio Tavira el 14 de julio de 1792. En 1796 se trabajaba en la construcción de la ermita, pero por diversas vicisitudes, se tardaron 16 años hasta su total conclusión y no fue bendecida hasta el año 1808. Durante este tiempo, los vecinos solicitaron un cambio de advocación de Ntra. Sra. de Gracia a Nuestra Señora de los Dolores y San Miguel Arcángel. La autorización para este cambio la dio el Obispo D. Manuel Verdugo en el año 1800, mientras visitaba Fuerteventura.
En el año 1808 la ermita estaba completamente finalizada pero no contaba con dotación que sostuviera su mantenimiento. Este problema debía resolverse antes de su bendición. El día 3 de febrero de este mismo año,en la Oliva, los vecinos, que la habían levantado y adornado a su costa, se comprometen, en documento suscrito ante escribano público, al sostenimiento del templo.
El día 11 de febrero se solicita autorización, al Obispo, para proceder a bendecir la ermita. El día 7 de marzo de 1808 el Obispo concedió facultad al Vicario de la Isla para bendecir el santuario, acto que ocurrió el 24 de marzo de ese año, oficiada por el presbítero D. Manuel Francisco Rodríguez de Godoy.
El mismo 24 de marzo se realizó un inventario, en el que figuraban los siguientes bienes como propiedad de la ermita: imagen de Ntra. Sra. de Dolores en su nicho; imagen del Arcángel San Miguel; tres recados, encarnado,blanco y violado; una hijuela encarnada; cáliz de plata sobredorado por dentro, con su patena y cucharilla de plata; un alva con su amito y cíngulo de trenza encarnado y blanco; unos corporales; dos manteles; dos purificadores; un misal; un atril para altar; dos candeleros de metal; una campanilla de mano; una cruz de palo para el altar; una cruz de palo para la pila de agua bendita; una mesa para revestirse los sacerdotes con su cajón; un escaño nuevo; un banco pequeño para el coro; un púlpito de madera; una pila de agua bendita de canto; un frontal de papel pintado; veinte laminitas entre grandes y pequeñas.
Durante los años 1832 a 1836 se suspendió la celebración de la misa en el santuario. Tras una visita del Rector del Seminario Conciliar y Visitador General de las Islas en enero de 1832, se informó al Obispo D. Bernardo Martínez del estado de abandono en el que se encontraba la ermita y éste la cerró al culto hasta que los vecinos dotasen al santuario de todo lo necesario y adquiriesen otra imagen de la Virgen nueva, puesto que la que tenían fue considerada como deforme e indecente. Los vecinos emprendieron gestiones inmediatas para adecentar la ermita, pero la búsqueda de la imagen de la Virgen tuvieron que hacerla fuera de la isla. Viendo que era imposible tener listo todo lo exigido por el Obispo, pidieron permiso para celebrar la fiesta de Ntra. Sra. de los Dolores en aquel año, el permiso se concedió pero solo para el año 1832.
Las deficiencias de la ermita se terminaron de arreglar a finales de 1835, el párroco de La Oliva bendijo la imagen de la Virgen el 23 de enero de 1836, quedando, de nuevo la ermita abierta al culto.
La ermita de Nuestra Señora de los Dolores y San Miguel Arcángel, declarada como Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento en el DECRETO 50/2008, de 25 de marzo