El Salado Blanco (Schizogyne sericea)
El Salado Blanco o dama como se le conoce en algunas zonas, es un mato subarbustivo endémico de las Islas Canarias, presente en casi toda la macaronesia. Esta planta crece salvaje en los caminos y bordes de carreteras, cerca de zonas costeras, predominando en las zonas arenosas, y donde la maresía todavía es presente, soporta bastante bien los vientos que azotan la isla de Fuerteventura.
El salado Blanco se ha usado durante mucho tiempo en la medicina popular canaria, mediante la aplicación externa de un bálsamo realizado con la planta, usandolo como analgésico, astringente, antinflamatoria y para el cuidado de las heridas.
Es una planta halófita, es decir, le gustan los suelos ricos en sales. Suele verse en las mismas zonas y formando comunidades con las aulagas, y tabaibas.
Su tronco es parcialmente leñoso, pudiendo llegar a tener una altura máxima de un metro, lo más carácterístico de esta planta son sus tallos blanquecinos seríceos con un recubrimiento piloso.
Sus hojas son planas, obtusas, y lineares de entre 3 a 5 centímetros de largo y de color blanco-grisáceo.
Al ser una planta de la familia de las compuestas, sus flores son inflorescencias, estas son densas y cortas, con capítulos de 5-6 mms. de largo. Brácteas involucrales escariosas poco aparentes y lanceoladas, los externos son más pequeñas y triangulares. Las lígulas están ausentes, de ahí que aparezcan los flósculos amarillos más vistosos.
El aquenio presenta un vilano con un aro de escamas entero, más o menos no lobulado y una hilera de pelos sencillos.