El Tarro Canelo

Tarro Canelo (Tadorna ferruginea)

Tarro Canelo (Tadorna ferruginea)
Tarro Canelo (Tadorna ferruginea)

Fuerteventura es un enclave privilegiado que alberga una sorprendente riqueza de avifauna. Situada en el corazón del Océano Atlántico, esta isla volcánica ha sido bendecida con un hábitat diverso y único, lo que la convierte en un destino crucial para aves migratorias y endémicas. La combinación de su ubicación geográfica estratégica, su clima benigno y la preservación de sus hábitats naturales ha contribuido a la presencia de una amplia variedad de especies de aves a lo largo del año. Entre estas especies que visitan Fuerteventura se encuentra el Tarro Canelo.

El Tarro Canelo (Tadorna ferruginea) es una especie de ave acuática que está presente en la isla de Fuerteventura como parte de su población de aves migratorias.

¿Cómo es el tarro canelo?

El tarro canelo es un ave que alcanza una longitud de 61 a 67 cm. El color de su plumaje es castaño uniforme, con la cabeza y cuello algo más claros. La parte anterior de las alas es blanca y contrasta con las rémiges negras. Tiene el pico, la cola y las patas negros. El macho posee un estrecho collar negro y pesa entre 1.3 y 1,6 kg. La hembra es un poco más pequeña que el macho, pesa entre 0.9 y 1.5 kg, no tiene collar y su cabeza es casi blanca.

¿De qué se alimenta el tarro canelo?

Su alimentación está basada en insectos (propios de los terrenos áridos y salitrosos en los que anida), brotes tiernos de hierbas y grano.

El Tarro Canelo se encuentra en Peligro Crítico de extinción tras haberse extinguido como reproductor y casi como visitante post-reproductor en el sur de España, en las marismas del Guadalquivir, hacia mediados del pasado siglo.
Actualmente conserva una población nidificante en Fuerteventura.

Desde 1994 el Tarro Canelo se ha convertido en una especie más de la avifauna majorera, sus lugares de cría son las zonas húmedas de interior de aguas poco profundas, y preferentemente salobres, como es el caso de Los Molinos, la charca de Catalina García y la Rosa del Taro.  El Tarro Canelo puede verse volando en la mitad septentrional de Fuerteventura, desde pueblos como Antigua hasta barrancos como el de Pozo Negro.

La primera observación conocida en Fuerteventura, data del año 1994, una pareja tuvo seis pollos (Neave,1994), desde entonces el número de parejas ha variado cada año. Se considera que su presencia en la isla de Fuerteventura es de origen natural y que su procedencia se encuentra en las poblaciones marroquíes y saharauis próximas.

A partir del mes de septiembre comienzan a llegar a la isla los primeros adultos, que ocuparán sus territorios de cría a partir de noviembre. Las puestas tienen lugar entre los meses de enero a marzo, ponen una media de 9 huevos por pareja (la nidada puede ser desde seis hasta doce huevos), pero la supervivencia de los pollos es baja, en torno a un 32% de los nacidos. Los huevos son depositados uno por día y la incubación no comienza hasta que la nidada está completa.

La hembra es la encargada de incubar los huevos durante 27 o 29 días. Mientras, el macho permanece cerca y defiende a la hembra, el nido y la nidada. Los pollos se pueden valer por sí mismos a los 55 días. Los adultos acompañados de sus crías abandonarán la isla a principios de junio. Durante los meses de julio y agosto no suele observarse ningún Tarro Canelo en Fuerteventura. Probablemente las aves majoreras se trasladen a una charca interior de Marruecos, situada al este de Tarfaya, prácticamente frente a las costas majoreras.

Las principales amenazas de la especie son:

  • Destrucción y degradación del hábitat: Extracción de agua para riego, sobrepastoreo del ganado.
  • La escasez de zonas húmedas en Fuerteventura limita el crecimiento de la poblaciónde Tarro Canelo.
  • Caza furtiva y persecución: En Fuerteventura se han dado casos de captura de pollos por gente local.

En 2002 se conoce que al menos un pollo murió por la pedrada que le lanzó un muchacho. Los pollos de Tarro Canelo sufren depredación por parte de gatos cimarrones y gaviotas. La especie también sufre mortandad por choque contra líneas eléctricas de alta tensión.

 

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